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OFF THE RECORD 06-09-2023

Toluca, Edomex; 6 de septiembre de 2023.- La Legislatura del Estado de México entrará en una nueva dinámica. El ascenso al poder público por parte de Delfina Gómez implicará una reconfiguración de posiciones, una nueva relación institucional y un cambio de roles inédito. Más allá de la agenda legislativa que impulsen diputados y diputadas en el último año de funciones, es importante resaltar su capacidad de adaptación, y de reinvención en las formas políticas.

 

El mayor desafío político se concentrará en el Grupo Parlamentario del PRI. Por primera vez en su historia, fungirá como una fracción legislativa de oposición. Una postura inédita, donde ahora tendrá un amplio margen de maniobra para cuestionar el ejercicio del poder. Al ser la segunda fuerza legislativa, también lo convierte en la bisagra de los consensos o los desacuerdos parlamentarias. Podrá frenar a placer la aprobación de leyes o presupuestos. Adiós a la gestión social que hacían los priístas con el sector central. Todo será nuevo para ellos.

 

Morena se convertirá en el arropo político para Delfina Gómez. Deberán pasar de la sistemática crítica al poder público, a la autocomplacencia y el aplauso fácil para el primer gobierno morenista en el estado. La toma de decisiones ya no será desde el consenso interno, ahora les dictarán línea desde Palacio de Gobierno. Esta fracción legislativa ya no podrá las condiciones en la agenda parlamentaria; ahora deberá ser quien busque complacer al resto. Son gobierno en el Poder Ejecutivo y Legislativo: los diputados ganarán capacidad de gestión, pero pierden libertades. Deberán aprender a ser institucionales.

 

El PAN volverá a sus orígenes. Ya no será necesario desgarrarse las vestiduras por un gobernador priísta. Será importante regresar a la esencia doctrinaria que caracterizó al panismo de los noventa y principios del siglo veinte. El panismo donde mejor funciona es como oposición al sistema de gobierno. Dejar la crítica fácil y los lugares comunes, porque eso no es sinónimo de ganar elecciones. El riesgo mayúsculo es que sean abandonados por sus recientes aliados electorales, tal y como un sector del panismo abandonó al PRI en la elección.

 

El PRD enfrentará una de sus mayores contradicciones, como ocurre a nivel nacional desde hace cinco años. Será oposición del primer gobierno de izquierda en el estado. Un contrasentido para sus postulados ideológicos. Confrontarse contra una clase gobernante, cuya militancia de origen fue el perredismo más robusto y consecuente. Deberá evaluar los costos políticos de seguir ahí.

 

Los más sobrevalorados son el Partido Verde y el PT. Mantendrán esa posición de partidos satélite. Seguirán las líneas que les dieron origen: conducirse con la disciplina que les dicta el poder gubernamental. No tienen una capacidad de decisión propia. El Verde, que antes arropo lo que el priísmo relegaba como segunda línea, ahora se asume como el aliado de la izquierda. El PT sigue sin mayores militantes que el puñado que ha tomado por asalto al partido desde hace tres décadas.

 

Y en Movimiento Ciudadano, su postura es un asunto testimonial que no trasciende ni en la Legislatura ni en futuras elecciones. Su postura es marginal. La alianza de los partidos chicos se habrá resquebrajado pronto. Y eso para el partido naranja no son buenas noticias. Deberá seguir reclutando expriístas, experredistas y hasta exmorenistas para tomar notoriedad en el estado.

 

 

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