Toluca, Edomex; 6 de
agosto de 2025.- El tren México – Querétaro fue el principio del fin para el
sexenio peñista. Una licitación que había sido otorgada a una empresa china y al
Grupo Higa de Juan Armando Hinojosa, exhibió meses más tarde la Casa Blanca
como ícono de corrupción de ese gobierno. La obra se canceló sin mayor remedio.
Y las calificaciones de su mandato colapsaron abruptamente. El proyecto de
trenes se debió archivar para el resto del sexenio.
A la distancia, el
gobierno de Claudia Sheinbaum ha retomado su construcción, de un tren que conectará
a la Ciudad de México con Querétaro, y cuyo impacto de infraestructura
impactará a una decena de municipios mexiquenses. Eso detonará, como se planeó
originalmente, un desarrollo industrial y urbano al poniente del Valle de México.
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El priísmo local
enfrenta un doble desafío para las elecciones de 2027. Ninguna fuerza política tendrá
la intención de aliarse con el partido de mayores negativos en la escena
electoral. Por otra parte, pocos serán quienes levanten la mano para ser
candidatos, con altas probabilidades de salir derrotados. Sin el ejercicio del
poder que genere incentivos clientelares y una dirigencia de pocas luces
electorales, viene un escenario desolador. La desbandada seguirá.
Las posiciones más
peleadas serán las candidaturas plurinominales -si es que todavía existen- para
la Legislatura Federal y el Congreso local. Desde ahora esas posiciones ya
están reservadas para Elías Rescala, Brenda Alvarado, Eduardo Zarzosa, Lizeth
Sandoval, Cristina González. Y nadie podría llamarse a sorpresa si en Villa Victoria,
otra vez se postula el eterno Mario Santana. En resumen, la dirigencia estatal
ya tiene decidido quiénes asumirán los privilegios.
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El PAN con mucho sigilo
ha comenzado la renovación de sus comités municipales. Los procesos internos panistas
causan expectativa en la veintena de municipios donde hay presencia, y
posibilidades de competencia electoral para el 2027. En el resto del estado, prácticamente
pasa desapercibido, por la ausencia de cuadros o la falta de ascendencia
política. La pérdida de identidad partidista se acrecentó en la última década,
derivado de sus alianzas con el priísmo local.
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A dos semanas de dejar
su encargo, Myrna García Morón ha desaparecido. Sus apariciones públicas son
escasas, prácticamente nulas. Ha preparado ya su entrega – recepción sin
mayores reflectores. El círculo cercano se mantiene compacto, y en más de un
despacho buscarán permanecer en su encargo, más allá de la renovación de la
presidencia de ese elefante blanco.