Toluca, Edomex; 06 de junio de 2022.- La elección de ayer domingo 5 de junio, tuvo damnificados políticos con repercusiones inmediatas en la sucesión del Estado de México. Los únicos dos estados que eran gobernados por priístas se perdieron; uno de ellos, Hidalgo, jamás había conocido la alternancia partidista.
El PRI enfrenta la mayor crisis electoral de su historia. Todo parece indicar que Alejandro Moreno ha cumplido a cabalidad la encomienda de Palacio Nacional para ser el sepulturero del priísmo. El año 2023 se advierte cuesta arriba.
En lo particular, la dirigencia nacional del PRI tenía como prioridad retener Hidalgo y Oaxaca. Para ese desafío, Alito dispuso de dos mexiquenses -que se autonombran expertos en alquimia electoral-, pero que resultaron un rotundo fracaso, y quienes al final, entregaron pésimas cuentas en las urnas.
Ricardo Aguilar -secretario de Organización- y Carlos Iriarte -secretario de Elecciones (pérdidas), como lo bautizó un diario nacional-; pueden ver desplazadas sus aspiraciones sucesorias, cuando en sus últimas encomiendas en 2021 y 2022, han sido incapaces de revertir las tendencias de las votaciones.
Por ningún lado apareció la experiencia del primero, que presume de haber ganado 97 municipios en 2009; o la pericia del segundo, que se atribuye los más de tres millones de votos de 2011. Alito perdió con sus operadores políticos.
Ricardo y Carlos tienen un pie fuera de la contienda interna priísta en el 2023, porque además, se demostró que una candidatura impuesta desde el centro -como la de Carolina Viggiano en Hidalgo- es una derrota garantizada.
La derrota de Viggiano también pone de manifiesto que las candidaturas de mujeres que han ganado previamente todas sus elecciones -cuatro veces diputada federal y una legisladora local-, no la hicieron infalible. Entregó el bastión electoral de los Murillo, los Osorio, los Núñez Soto y los Fayad.
Un sector adicional que falló en su operación fue la bancada del PRI en San Lázaro que, de manera permanente, estuvo con tareas electorales en Hidalgo, en donde fue recurrente observar a Ana Lilia Herrera, Gustavo Cárdenas, Miguel Sámano, Melissa Vargas y otros legisladores federales mexiquenses.
El PAN puede darse por satisfecho con la victoria en Aguascalientes; sólo que ese triunfo no puede ser punto de comparación con el Estado de México, ya sea por su posición geográfica -enclavado en el bajío siempre conservador- o por su muy escasa densidad demográfica, frente al tamaño población de la entidad.
Nadie pierda de vista la estrategia electoral que pondrá en marcha Morena en el territorio mexiquense, a partir del domingo 12 de junio. Mario Delgado ha anunciado que desde Toluca comenzará la operación del 2023, la cual consistirá en la organización territorial de comités seccionales para combatir la principal maquinaria electoral del país, la del PRI del Estado de México.
La prioridad será arrinconar al priísmo nacional, para arrebatarle la entidad mexiquense con más de doce millones de electores, los cuales resultan fundamentales para afianzar su maquinaria de votantes hacia el 2024.
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