Toluca, Edomex; 6 de
mayo de 2025.- El sistema amenaza con caerse y callarse, y todavía no llegamos
a la elección de rectora de la UAEMex. Como en la Ley de Herodes, en la
víspera de la elección por la rectoría, se ha decidido incorporar a cuatro
integrantes del Consejo Universitario por tómbola. Los detalles de esta
elección quieren llevarse a las letras chiquitas. Pese a todo, la elección está
por decidirse en la auscultación cuantitativa del 12 de mayo. A mayor
participación, mayor democracia. Como en los tiempos del viejo régimen, a
cuidar el voto en las urnas, y que la decisión ahí plasmada, se lleve al Consejo
Universitario. Incluidos los consejeros que recientemente se sacaron la lotería.
Sobre la votación del
lunes 12 de mayo, hay detalles que se deben cuidar escrupulosamente. Sólo se votará
en los espacios universitarios en donde se registraron comparecencias de las
aspirantes a la rectoría. Las aspirantes nombrarán observadores por cada urna. Las
papeletas serán de distinto color según el sector al que pertenezca cada
votante. Cada urna deberá ser lo más transparente posible. La votación será
desde las 9:00 y hasta las 16:00 horas. El conteo se llevará a cabo en el mismo
lugar en que se colocó la urna y se levantará un acta de votación. Los consejeros
universitarios (esto incluye a los directores de los espacios académicos)
deberán observar una actitud neutra y de equidad, cosa que no siempre se dejó
ver en las comparecencias.
Superado el trance de
las últimas semanas. La elección de rectoría es un proceso que debe quedar en
manos de la comunidad universitaria. La auscultación cualitativa abonará muy
poco al proceso. Sólo quedará para el anecdotario de que llegaron seis mujeres
inscritas. Lo prioritario será garantizar el voto libre y secreto de docentes, estudiantes
y personal administrativo. La voluntad propia de participación. No hay lugar
para hacer tómbolas en quien va a dirigir los destinos de la UAEMex para el
periodo 2025 – 2029. No se les vaya a ocurrir. Absténganse de asesorarse por Bartlett,
Hildebrando, Ugalde o Taddei. Ni tampoco por Pavel Laurel, Moisés Velázquez, o
los hermanos Juárez Toledo.
Hoy la UAEMex regresa a
la normalidad después de cinco días de puente. La transformación universitaria
transita por su democracia, la transparencia de su elección. No en las viejas
prácticas de la autocracia ni en las reglas añejas del autoritarismo. Los estertores
del priísmo se asoman sigilosamente. Antes, en las elecciones tradicionales, se
tiraban panfletos del fuego amigo. Hoy, proliferan las publicaciones digitales que
salpican lodo contra casi todas las aspirantes a la rectoría. En un proceso tan
complejo, lo único que resta es recuperar la confianza en la elección y
convocar a la votación del 12 de mayo. El árbitro electoral debe ceñirse a lo
que dice la legislación universitaria. No hay espacio para la invención, para
la innovación, ni la iniciativa. No dejarse seducir ni influenciar por quienes
intentan presionar, desde la desesperanza o la desesperación.
La cuenta regresiva ha
comenzado. Faltan apenas nueve días.