Toluca, Edomex; 4 de octubre de 2022.- El gabinete delmacista está, muy probablemente, ante la glosa del informe de menores contratiempos en los cinco años de gobierno. Un formato anquilosado, de enormes monólogos tediosos que poco abonan a la rendición de cuentas. Funcionarios que exponen las cifras que mejor colocan su trabajo en la alta burocracia; frente a diputados que buscan exhibir las altas carencias en materia de inseguridad, pobreza y desempleo.
Los secretarios del gabinete van prácticamente a un día de campo. Llegan, se toman decenas de fotografías. Dan un informe de quince minutos; escuchan unos cuantos reclamos; y otros tantos elogios del bloque oficial. Responden lo que les conviene; y otra parte de la crítica la esconden debajo de la alfombra. La última palabra la tiene el funcionario para evitar mayor golpeteo. Y antes de irse, aprovecha su momento para tomarse las últimas fotos del recuerdo.
Aún más: el único interés genuino de las comparecencias se encuentra entre el personal del Poder Legislativo; la burocracia que acompaña a los secretarios del gabinete; y medio centenar de reporteros y fotógrafos que acuden a la cobertura informativa. Para los más de 17 millones de mexiquenses pasa desapercibido. El asunto no es nuevo, pero nadie propone nada para modificarlo de fondo.
Para quienes esperaban más cambios en el gabinete delmacista; es muy probable que los últimos ajustes ocurran una vez que se haya definido la candidatura priísta a la gubernatura del Estado de México. Ahí, algunas piezas del gobierno saldrán como operadores a la coordinación de la campaña; la de activismo electoral; y algunos cargos por robustecer en la estructura del partido.
El círculo delmacista que se ha mantenido cohesionado, y sin experiencia electoral, se mantendrá en su encargo, para completar los seis años en su despacho; el mandatario estatal ya poco le moverá a su alineación titular.
A partir del mes de enero, se deberá alistar la entrega – recepción del actual sexenio. En el trabajo administrativo se encuentra la seguridad personal del gobernador saliente, en caso de perder las elecciones de junio de 2023. Es momento de cuadrar las cifras, solventar todas las observaciones pendientes que se mantengan con el OSFEM; y cerrar los expedientes más ocultos.
Tras la glosa del quinto informe, ha llegado el tiempo formal para cerrar la cortina. La decisión más difícil y trascendente para el cierre del sexenio será el ungimiento de la candidatura del PRI para la sucesión de la gubernatura, la cual, desde la perspectiva de muchos, se ha decantado desde hace seis meses; y sólo será cuestión de formalizarla hacia finales del mes de enero.
Este sexenio, ya está por llegar a su fin. Faltan tres meses para el proceso electoral; ocho meses para la elección; y once meses para entregar el poder.
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