Toluca, Edomex; 2 de
mayo de 2025.- La precarización laboral sigue siendo una consigna pendiente en
el país y el Estado de México. No basta con presumir generación de empleos, cuando
estos siguen siendo en su mayoría mal pagados. Otra cifra negra corresponde a
la informalidad laboral; es decir, aquellas fuentes laborales que se crean sin
seguridad social. Falta mucho por avanzar, en la entidad con la mayor plantilla
de trabajadores en el país. Quizá si hubiera empleos bien remunerados no serían
necesarios tantos programas sociales.
La Secretaría del
Trabajo, es en la evaluación del gabinete, una de las áreas con menos avances
en sus programas y líneas de acción. Las intrigas palaciegas han revivido la
posibilidad sobre la salida de Norberto Morales. Las componendas del poder ya
le habrían otorgado 18 meses como secretario, sin grandes luces ni resultados. Entre
pasillos del Palacio de Gobierno se insiste en la llegada de Trinidad Franco,
quien ya habría hecho maletas desde la Oficialía Mayor.
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El priísmo mexiquense
busca regresar a su origen. Ayer, la dirigencia estatal del tricolor que
preside Cristina Ruiz, sostuvo un encuentro con cerca de 200 trabajadores pertenecientes
a la CTM. Lo cierto es que, en la estructura del PRI añoran los tiempos del voto
corporativo, que les permitía garantizar sus triunfos electorales. Lejos han
quedado esas prácticas a su favor porque los votantes actúan de forma plural en
toda organización sindical. A la distancia, además, la CTM ha dejado de ser el
sindicato más poderoso del país.
Sin embargo, esa tentación
corporativista se ha traspasado a Morena. Muy a pesar de impulsar en el
discurso la democracia sindical, desde el nuevo régimen se buscan mecanismos de
control en organizaciones como la CATEM que encabeza Pedro Haces a nivel
nacional. Ese control hacia la clase trabajadora es el gran problema de los
partidos políticos, porque ven ahí un bono electoral, antes de preocuparse por
las condiciones laborales y sus derechos elementales.
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La elección judicial ha
abierto la puerta para una nueva clase política, ajena a los partidos tradicionales,
pero sí muy acostumbrados a saltar de una dependencia a otra, bajo componendas
del poder. Myrna García Morón ha transitado los últimos 15 años de su vida
profesional, en una especie de trapecio político. Desde su paso por el
Instituto de Transparencia (Infoem) para saltar al Tribunal de Justicia
Administrativa (TJA); y de ahí, dar el salto a la Comisión de Derechos Humanos (Codhem),
y hoy instalarse en la antesala como magistrada del Poder Judicial en la
entidad.
En la víspera, solicitó
licencia a la presidencia de la Codhem para poder hacer campaña de tiempo completo
hasta el 28 de mayo, aunque está claro que el aparato institucional del organismo
autónomo podrá estar a su servicio, y tener condiciones muy diferentes para hacer
campaña, en comparación con otras candidatas que no tienen el cargo público -así
sea con licencia- a su favor.