Toluca, Edomex; 1° de agosto
de 2025.- Entre los senadores mexiquenses, quien menos ascendencia política
construye en la Cámara Alta es la morenista Mariela Gutiérrez. Es cierto,
pertenece a la bancada más numerosa y con perfiles legislativos más robustos.
Eso no exime de que su paso por el Senado de la República ha resultado intrascendente.
En el primer año de labores legislativas, no hay registro de una iniciativa de
ley que haya impactado de forma positiva. Tampoco un posicionamiento en la
tribuna legislativa. El día que falte, a menos que sea una votación relevante,
difícilmente alguien notaría su ausencia. Su premisa está en la grilla de su
estado, y en la incidencia partidista.
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Cristina Ruiz también
está por cumplir un año como senadora. Lo mejor que le pudo pasar a su causa,
fue haber regalado la senaduría de primera minoría de su partido al panista
Enrique Vargas. De lo contrario, esa posición era casi obligada hasta hace un
año para Alejandra del Moral -hoy en las filas morenistas- o para Ana Lilia
Herrera -entonces dirigente priísta-, y eso hubiera desplazado a Ruiz del protagonismo
que ha alcanzado en el Senado. No es quien más contribuye a la discusión
legislativa, pero su cercanía con Alito Moreno le permite aparecer en la toma
de decisiones de la minibancada. Su mayor logro en este primer año, es haber
conseguido la dirigencia priísta sin resistencias.
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Del lado de Morena,
también aparece Sandra Falcón, suplente del infaltable Higinio Martínez. Un
alfil de absoluta lealtad al grupo higinista. Con una carrera política en
ascenso, pero en proceso de aprendizaje. Su paso en el Senado de la República
está por cumplir los primeros seis meses, de los cuales, los últimos tres han
transitado por el receso legislativo. No hay mucho que decir de su aporte parlamentario.
Por ahora, su tramo como senadora, apenas da para anotarlo en su currículum personal.
Su proceso de construcción está al interior del Estado de México, a partir de
la ascendencia de su tutor político.
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Como en los viejos
tiempos del régimen presidencialista, ayer toda la clase gobernante morenista
se encargó de felicitar el proceso de negociación encabezado por la presidenta
Claudia Sheinbaum con su homólogo estadounidense Donald Trump, para aplazar el incremento
de medidas arancelarias. No son iguales, pero cómo se le parecen. Aquellos tiempos
donde la figura presidencial marcaba la agenda pública y la obediencia política.
El presidencialismo parecía superado, pero está de vuelta y remasterizado. El
poder absoluto tiene lugar de residencia desde Palacio Nacional.