Toluca, Edomex; 8 de noviembre de 2021.- El clima de violencia del Valle de Toluca se ha enrarecido desde hace ya varios años, no es un asunto exclusivo no del actual sexenio estatal, ni del trienio municipal. Tampoco ha sido responsabilidad de un solo partido político, pero se puede advertir que todos, en poca o gran medida, han contribuido a un escenario de tensión social. Lo ocurrido este fin de semana en Metepec es para encender las alarmas de la violencia.
Lejos han quedado los años en que Metepec era el epicentro de la clase gobernante mexiquense. Ahí se asentaron durante las últimas décadas los exgobernadores Emilio Chuayffet y César Camacho. Y desde el palacio municipal surgieron liderazgos como Carolina Monroy y Ana Lilia Herrera. Diversos funcionarios del gabinete aquí tienen su residencia. La zona de alta plusvalía hoy vive una indeseada tensión; mientras la mancha urbana crece con gran valor hacia otros municipios: Calimaya, Lerma y San Mateo Atenco.
La cancelación de la Feria de Metepec 2021 es un acontecimiento inédito, el cual no puede quedar meramente como un aspecto anecdótico. El mensaje concluyente es que, la organización de un evento artístico y festivo claudicó frente a las amenazas del crimen organizado. Hacia el futuro, queda en duda la confianza que puedan tener los empresarios para atraer presentaciones escénicas y culturales en una región en la que se imponen los poderes fácticos; y la del público en general para asistir a cualquier evento masivo.
Mientras la clase gobernante se empecina en que la agenda pública sea la definición de quién es el precandidato con mayores atributos para suceder a Alfredo Del Mazo, los mexiquenses advierten un clima de inseguridad lacerante y preocupante. En el fondo, la autoridad ha sido omisa en dar explicaciones sobre las amenazas que recibió el empresario de la Feria Metepec 2021 antes de las narcomantas; ni siquiera una hipótesis sobre el atentado al grupo La Adictiva, y tampoco detenidos como presuntos responsables. De los detenidos por la colocación de las mantas, una fotografía y un escueto comunicado.
Quien piense que, a partir del mes de enero, habrá borrón y cuenta nueva en la realidad que hoy enfrenta Metepec puede pecar de ingenuidad. Lo que resulta imprescindible es que, todas las partes, los tres ámbitos de gobierno asuman su responsabilidad, y desde ya, se pudieran emprender acciones inmediatas.
Evitar que los diputados en funciones y las autoridades electas busquen una rentabilidad política del difícil momento por el que atraviesa Metepec, ellos tendrán su oportunidad. Por ahora, quienes están han quedado mucho a deber.
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