Redacción
Toluca, Edomex. 29 de octubre del 2017.- La familia Hank no solo ha sido una de las más acaudaladas en el estado de México, sino es una de las que mejor ha asociado el poder político con el económico en las recientes décadas. Los Hank se perfilan ahora a poseer el segundo consorcio financiero más grande del país y encabezarán la institución financiera más poderosa controlada por mexicanos.
El miércoles pasado se anunció la fusión de los bancos Interacciones, que preside Carlos Hank Rhon — hijo del ex gobernador del estado de México Carlos Hank González –y Banorte, dirigida por Carlos Hank González, nieto del ex mandatario mexiquense y del empresario Roberto González Barrera, creador de grupo Maseca.
Para concretar esta fusión sólo resta el aval de la Comisión Federal de Competencia, donde no se vislumbra ningún contra tiempo para autorizarla.
Banorte e Interacciones poseen una cartera de casi 500 mil millones de pesos, que les adeudan los gobiernos federal, estatales y municipales por créditos otorgados en los últimos años.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores que han revelado en los últimos días columnistas y diarios especializados en economía como El Financiero y El Economista, Banorte concentra el 22.81 por ciento de la deuda de los estados y municipios, e Interacciones el 15.89 por ciento.
Sólo son superados por Bancomer que posee el 24.37 por ciento de las deudas públicas estatales. De tal suerte que se concretarse la fusión de Banorte e Internaciones, ambos poseerán el 38 por ciento de la cartera del sector público, más de la tercera parte.
Los mismos datos manejados por especialistas indican que ambos grupos financieros, que ahora serán solo uno, tienen garantizada su cartera, pues más del 93 por ciento de la fuente de pago, proviene de fondos públicos.
Además, tanto Banorte como Interacciones, poseen ingresos de miles de millones de pesos anuales por los servicios de aseguradoras que prestan a los estados y municipios. Se estima que por este concepto les ingresan más de 30 mil millones de pesos, cada doce meses.
La obra pública, otro giro que reditúa millones a los Hank
Los Hank también han aprovechado su poder político-económico para hacerse de jugosos contratos para la ejecución de obra pública. A través de sus constructoras, Hermes, la Peninsular y Cerey, han ganado licitaciones para grandes obras como el Tren Interurbano México-Toluca, una parte del Nuevo Aeropuerto Internacional de México y presas como el Zapotillo, en Jalisco, que en su conjunto suman contratos por más de 30 mil millones de pesos.