Redacción
Amenazan con ser más 60 mil los que este jueves inundarán las calles de la capital mexiquense. El movimiento Antorchista, organización de filiación priísta, marchará por las calles de Toluca para poner, de nuevo, a prueba la tolerancia del gobernador Eruviel Ávila Villegas y de su gabinete. Saben que generando caos, la autoridad podrá ceder a las decenas de demandas de recursos que ha hecho la agrupación en los últimos meses.
Este miércoles, los representantes de Antorcha afirmaron que no temen detenciones y si las hay, aseguran estar preparados para ello.
De paso, adelantan que se quedarán en plantón en la Plaza de los Mártires—hoy rodeada de vallas metálicas y policías para impedir la instalación de carpas—y no se moverán hasta no tener una respuesta afirmativa del gobierno mexiquense.
Su mecanismo para mantenerse vigente y con fuerza ha sido a través del chantaje, al cual la autoridad recurrentemente cede. No saben otra forma de operar. Así los acostumbraron desde hace 25 años y hoy son un lastre para sistema que sólo los utiliza y apoya cada tres o seis años, cuando es necesario su activismo político para ganar una elección.
Los antorchos, como se les conoce, ya no sólo exigen recursos para las decenas de colonias que controlan, sobre todo al oriente del estado de México. Chimalhuacán e Ixtapaluca son sus bastiones. Ahora las demandas de alumbrado público, banquetas, clínicas de salud, apoyo para centros escolares han pasado a segundo término. La prioridad se ha vuelto el transporte, porque saben que es un negocio.
Este año, presionado por los empresarios del transporte, el gobierno tuvo que emprender operativos para sacar a miles de autobuses piratas que prestan el servicio de manera irregular. Muchos de ellos son operados por los antorchistas.
A la fecha se contabilizan más de 130 unidades del movimiento retenidas en los corralones. Cada una representa una pérdida de miles de pesos a la semana y de millones, sumando que llevan más de dos meses sin trabajar.
Antes de los comicios les prometieron concesiones para cada una de estas unidades. Nunca nos dieron nada. Por eso ahora nos movilizamos, porque “no sólo nos intimidan con operativos sino nos quitan una fuente de trabajo y de sostén para familias mexiquenses. Si no nos dan, pues que tampoco nos quiten” es la sentencia con la que cierran su anuncio para recordar que este jueves será un día difícil para la capital de la entidad.