Redacción
Emilio Gamboa Patrón, líder de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares -CNOP- destapó formalmente el apoyo incondicional de ese sector a favor de Enrique Peña Nieto como su candidato presidencial. Y cerró de paso cualquier posibilidad de apoyar a otros aspirantes del priísmo, con lo que de facto convirtió al mexiquense en precandidato único; tras el cierre de filas, el ex gobernador de la entidad tuvo un Deja vu, sobre cómo consiguió la candidatura a la gubernatura mexiquense hace casi siete años.
La noche del jueves 13 de Enero de 2005, el entonces gobernador Arturo Montiel Rojas consolidó una alianza electoral entre el PRI y el PVEM. El pacto aliancista fue firmado por el propio Montiel, y los dirigentes nacionales de ambos partidos: Roberto Madrazo y Jorge Emilio González. El acuerdo consistía en postular al candidato que resultará electo del proceso interno del PRI en el Estado de México.
Desde el 29 de octubre de 2004, había iniciado el proceso interno de selección de candidato, que concluiría con una consulta a la base programada para el último domingo de Enero de 2005, elección que fue cancelada pues la operación política de Montiel influyó para que los sectores del priísmo sólo otorgaran su apoyo a Peña Nieto. Ayer, Emilio Gamboa repitió la dosis para erigir al originario de Atlacomulco en su abanderado presidencial: «El sector popular se manifiesta abiertamente en favor de Enrique Peña Nieto», tras 24 horas de haberse hecho oficial la declinación de Manlio Fabio Beltrones.
Hace siete años, Peña Nieto fue testigo de otras declinaciones en su favor, cuando buscaba de forma incipiente ser gobernador mexiquense. Gustavo Cárdenas, Jaime Vázquez, Enrique Jacob, Héctor Luna y Fernando Alberto García Cuevas se retiraban de la contienda política, y como testigos del pacto los operadores políticos del montielismo: Manuel Cadena y Alfonso Navarrete. En ese azaroso camino, también fueron marginados Isidro Pastor, ex dirigente del PRI; y Carlos Hank Rhon, impedido estatutariamente de participar en la consulta a la base para elegir al candidato priísta.
Ayer como hoy, los sectores del partido sólo otorgaron su apoyo al candidato que les había mandatado la dirigencia. La «cargada» política había fortalecido a Peña Nieto, en ese lejano 2005, cuando apenas había desempeñado de forma discreta el cargo de diputado local, por su natal Atlacomulco, y que había abandonado al año de ser electo para buscar el puesto sucesorio de su mentor político, Arturo Montiel.
La proclamación de Enrique Peña Nieto como precandidato presidencial único se ratificó ayer por la mañana, al asistir como invitado a la toma de protesta de Diva Gastélum como nueva dirigente nacional del Organismo de Mujeres Priístas, donde el sector femenino se volcó a su favor, y le manifestó su respaldo absoluto de cara a la contienda electoral de 2012.
A diferencia de hace siete años, cuando arrancaba la contienda electoral por la gubernatura mexiquense; Enrique Peña empieza como puntero en las encuestas, sin la necesidad de remontar como en aquella ocasión la ventaja del panista Rubén Mendoza Ayala. El ex gobernador se muestra confiado, esperando que un nuevo Deja vu le venga a su memoria el próximo 1 de julio de 2012, similar al del 3 de julio de 2005, cuando se convirtió en el mandatario electo de su estado natal.