Redacción
La disidencia al interior del Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México (SMSEM) sigue creciendo, ante la inoperancia y falta de liderazgo de su secretario general, Héctor Ulises Castro Gonzaga. Ayer un compacto grupo de profesores agremiados al SMSEM aprovecharon la visita de académicos, científicos e intelectuales a Palacio de Gobierno, que asistieron a la entrega del premio estatal de ciencia y tecnología, para manifestarse y demandar a viva voz un aumento salarial digno.
Los mentores argumentaron que el 5.5 por ciento que pactaron la secretaría de Finanzas y la dirigencia del sindicato es insuficiente para atender la demanda del grueso del magisterio, quien a partir de enero empezó a sufrir descuentos de 800 a mil 200 pesos mensuales producto de las reformas a la ley de seguridad social aprobada por los diputados locales en diciembre pasado, por las cuales se autorizó un aumento de cuotas al ISSEMyM.
Los maestros no eran muchos. Apenas unos 80, pero exhibieron ante académicos de todo el país, que las cosas en el sindicato de maestros no marchan del todo bien.
Con ayuda de un altavoz, demandaban al gobernador un aumento salarial emergente del 10 por ciento, ya que el incremento pactado entre finanzas y la cúpula del SMSEM prácticamente se pulverizó con el aumento de cuotas al ISSEMyM. El acuerdo salarial, en términos prácticos quedó en dos por ciento, al restar a los 5.5 por ciento pactado, el 3.125 de alza a las cuotas del ISSEMyM.
También hicieron notar que en el trato que recibió el magisterio el sexenio pasado, que encabezó Enrique Peña Nieto fue mejor, ya que los aumentos rondaron entre el 8 y el 10 por ciento anual. Ahora, expresaron, cómo es posible que la dirigencia haya aceptado sólo el 5.5 por ciento.
Los mentores divulgaron frente a los invitados, sus sospechas sobre el estado financiero que guarda el ISSEMyM y demandaron públicamente una auditoría externa, cuyos resultados sean públicos para que toda la gente pueda conocer con exactitud la situación del Instituto.
“En 2001 hicieron la reforma para aumentar las cuotas a los trabajadores, y juraron que con eso se le daría viabilidad al instituto durante 20 años. Bastaron diez años para saber que fueron mentiras. Ahora, con la nueva reforma nos dicen que se evitará la quiebra, pero ¿quién nos garantiza que no se trata de una mentira más y al cabo de dos años, vuelven a proponer otra reforma para incrementar más las aportaciones porque el dinero no alcanza?”, reclamaron los profesores, quienes exigieron a su dirigente copia del amparo que presentó contra el aumento de cuotas del ISSEMyM porque sospechan de otra farsa.