Redacción
Aquí no hubo actos de violencia, destrozos o agresiones contra periodistas. Las celebraciones del Día del Trabajo en el Estado de México trascurrieron en calma y sin sobresaltos, muy diferente a lo que ocurrió en otros estados. Sin embargo, la forma de festejar este día fue contrastante.
Los líderes de sindicales desayunando con toda comodidad con el gobernador Eruviel Ávila, mientras miles de burócratas mexiquenses fueron obligados a desfilar bajo los rayos del sol para opacar las marchas de protesta a la reforma educativa que organizaron profesores disidentes de las secciones 17 y 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
El acto oficial se realizó de manera privada en la residencia oficial del gobernador Eruviel Ávila, quien convocó a los dirigentes sindicales a un desayuno. Ahí, concurrieron Armando Neyra Chávez, el octagenario líder de la CTM en el estado de México, la familia del dirigente del PRI del estado, Raúl Domínguez Rex, cabezas de varias organizaciones de obreros; Omar Velázquez, el dirigente de la burocracia mexiquense y los alineados secretarios generales de las dos secciones del SNTE en la entidad y del Sindicato de Maestros al Servicio del Estado México.
Ahí, abundaron las palabras de agradecimiento y reconocimiento de uno y otro lado. La retórica en su máxima expresión. Para cerrar con broche de oro, los líderes sindicales festejaron el cumpleaños del gobernador y hasta pastel le llevaron.
Minutos más tarde, unos tres mil burócratas agremiados al Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del estado de México y Municipios (Suteym) desfilaron por Lerdo hasta llegar a Palacio de Gobierno. Ahí se congregaron en la plancha de los mártires para un mitin, y de paso para impedir que las protestas por las reformas educativa y laboral fueran visibles.
Y es que unos 300 maestros disidentes de las secciones 17 y 36 del SNTE realizaron una marcha de protesta desde el monumento al maestro en la avenida Venustiano Carranza hasta el centro de la capital. Los acompañaron unos 80 profesores del Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México (SMSEM) que todavía reclaman por el aumento en las aportaciones al ISSEMYM.
A ellos se les unieron unos 50 militantes de la Uprez, que reclamaban reconocimiento de escuelas en el oriente, unos 100 telefonistas y electricistas, que protestaron por la aprobación de la reforma laboral.