Redacción
Para Itzel Anaid Mejía Rojas, maestra de la escuela primaria Sor Juana Inés de la Cruz en el municipio de Zumpango, era normal reprender a sus alumnos amarrándolos a una silla con cinta adhesiva cuando no le hacían caso. Era la forma en que la joven de 22 años trataba de imponer disciplina a sus alumnos menores de 10 años.
Pasante del tercer cuatrimestre de Pedagogía, Iztel no tenía idea de cómo tratar a los niños, pues era su primera experiencia laboral. De manera extraña, se le abrió la plaza aun cuando el artículo 102 de la Ley General de Educación del estado, señala que todos los profesores que se encuentren al frente de un salón de clases, deben ser titulados. La Secretaría de Educación o no se dio cuenta o pasó por alto, este elemental requisito.
Los castigos que imponía Itzel eran recurrentes y fue hasta que una madre de un alumno se quejó cuando tibiamente las autoridades hicieron algo. La directora del plantel, Ayde Mayeli Godinez, sólo reprobó la conducta de su maestra ante la madre indignada, pero no hizo nada para solucionar el asunto, mucho menos para sancionar a la joven profesora. El supervisor de la zona Hilario Barrera Flores sólo le pidió a la maestra que pidiera su cambio “para tener contenta a la mamá”. Y la Secretaría sólo emitió una amonestación a la mentora.
Mientras se buscaba la reubicación de la maestra los castigos de amarrar a las sillas a los alumnos con cinta canela continuaban. Así llegaron quejas a la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de México, (Codhem) quien ayer emitió su segunda recomendación del año, ahora dirigida a la Secretaría de Educación estatal, por violación del derecho de los menores a la protección contra los castigos corporales cometidos en escuelas mexiquenses.
La investigación que realizó la Codhem confirmó la forma en que Itzel trataba de imponer disciplina. Comprobó que los castigos eran recurrentes y que ni los directivos del plantel, ni los supervisores de la zona hicieron algo para poner un alto a la situación. “Las autoridades tardaron siete meses en tomar cartas en el asunto”, dice la recomendación emitida ayer por el organismo en contra de la dependencia que encabeza Raymundo Martínez Carbajal.
La Codhem concluyó que la maestra Itzel transgredió los derechos de los niños “a la protección contra castigos corporales y otras formas crueles, inhumanas o degradantes, además de vulnerar el derecho de los menores a la educación”.
El organismo solicitó a la Secretaría de Educación, se aseguren que los menores reciban atención psicológica personalizada y evalúe, de manera inmediata, si la profesora es apta para desempeñar el servicio docente frente a grupo y si cuenta con las características profesionales y psicológicas para desempeñar el cargo. Eso sí, piden primero que termine su carrera, para poder regresar a las aulas, siempre y cuando tome cursos de capacitación y sensibilización en materia de derechos humanos.
La comisión de derechos humanos también solicita a la Secretaría emita una circular a todas los planteles de educación básica de la entidad, en la que se pida a los directores y supervisores estén atentos a que estas conductas no se presenten y en caso de ser así, den aviso inmediato a la contraloría interna y a las autoridades competentes, porque éste no es el primer caso que se descubre. En los últimos dos años suman tres conductas similares de maestros de educación básica que maltrataban a sus alumnos para imponer disciplina.