Redacción
Alrededor de las 14:00 horas, miembros de la Familia Michoacana se enfrentaron con integrantes de los Caballeros Templarios en el municipio de Luvianos, al sur del Estado de México, zona identificada como de plantación de marihuana y con el asentamiento de grupos del crimen organizado desde hace al menos una década en dicha región de la entidad.
Los primeros reportes policíacos informaron que tras la balacera había un número indefinido de muertos, los cuales habrían sido retirados por las propias bandas delincuenciales relacionadas con el trasiego de drogas en la entidad, y que disputan desde hace meses el control de la plaza en el Valle de Toluca, que ha derivado en al menos 50 ejecuciones a lo largo del año.
Cerca de las 20:00 horas, un medio de circulación nacional filtró sin atribuir la fuente que el enfrentamiento había arrojado 30 muertos en la zona de conflicto. La información se tomó como verídica, y fue replicada masivamente por otros medios de comunicación, al hacer referencia al medio que inicialmente lo hizo público.
Tras casi dos horas de silencio, el secretario de seguridad ciudadana, Salvador Neme Sastré desmintió las balaceras y desmintió categóricamente el acribillamiento de 30 personas cuando la información ya había masificado la red, y había permeado lo suficiente entre la opinión pública que proliferó el dato a través de las redes sociales.
Fuentes de seguridad y de la XXII Zona Militar confirmaron que sí existió el enfrentamiento y a pesar del despliegue de 60 militares no encontraron víctimas. Se pudo confirmar la presencia de autos y camionetas baleadas y rastros de sangre, sobre la carretera Luvianos- Zacualpan.
La balacera habría ocurrido en la comunidad de Caja de Agua, en el camino que conecta con el rancho La Panocha, donde integrantes de La Familia Michoacana habrían emboscado a los Caballeros Templarios.
Los cuerpos policíacos no pudieron llegar al sitio del choque debido a que los caminos fueron bloqueados con camionetas y autos.
Tras el enfrentamiento, , informaron, los grupos volvieron hacia Guerrero, a unos 40 kilómetros al sur de Luvianos y otros se refugiaron en la sierra, informaron autoridades locales.
