Francisco Ledesma / El Maximato barrerista
La crisis institucional
que hoy atraviesa la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) tiene
su origen en el proceso electivo de la rectoría. Su tránsito por condiciones de
desigualdad, arbitrariedad, inconsistencia e irregularidad fueron la causa y no
el problema, cuyo cúmulo de actuaciones y omisiones hoy ha conllevado a un paro
de labores, una protesta estudiantil, un interinato falto de legitimidad y una
incertidumbre respecto del curso democrático que deberá cimbrar el futuro
universitario de los próximos cuatro años.
A dos semanas de haber
asumido su encargo, Isidro Rogel es víctima de un Maximato barrerista que le ha
heredado un gabinete sujeto a componendas políticas, mismas que pretendían
imponer a la sucesora en la institución universitaria, y que hoy no tienen
voluntad ni para resolver un paro estudiantil extendido, ni para concluir con
un proceso electivo puesto en pausa.
El miércoles pasado,
cuatro de cinco aspirantes a la rectoría universitaria, remitieron al encargado
del despacho Isidro Rogel, un posicionamiento conjunto respecto de la defensa
de sus derechos universitarios, en un proceso que ha sido de origen pospuesto y
que requiere soluciones inmediatas -a la par del pliego petitorio de los
estudiantes-, las cuales exigen viabilidad política, apego a la legalidad,
transparencia en las decisiones y respeto por las instituciones.
Del documento presentado
ante Rogel por cuatro aspirantes a la rectoría se desprende un comunicado que
ayer permitió conocer una postura -igual de legítima que la estudiantil- para
hacer sentir su voz ante el Consejo Universitario, que se espera en las
próximas horas pueda tomar decisiones respecto del proceso electivo puesto en
pausa; y que por la crisis que hoy se enfrenta, no permite ya más prácticas
dilatorias ni discursos abultados de ambigüedad.
Isidro Rogel tiene en su
escritorio escenarios de solución que pretende guardar bajo el cajón para reventar
el proceso de elección o el paro estudiantil: o quizás ambos, y pretende así, vestirse
de héroe. Sin embargo, en ninguna alternativa posible, podrá ceder frente a
todas las peticiones estudiantiles, porque la primera de ellas sería renunciar
a su función de encargado del despacho.
También se reconoce que,
la eventual cancelación del proceso electivo, no se podrá traducir en
desconocer a los integrantes del Consejo Universitario y elegir a 110 consejeros
que convoquen a la elección, y más lejana es la posibilidad del voto universal
que requeriría de una reforma legislativa, que debe transitar por el consenso
de la comunidad universitaria: docentes y administrativos incluidos.
Hay aspectos que las
aspirantes han debido cumplir y prolongar, a pesar de la incertidumbre del
proceso electivo. Todas ellas, a partir del 15 de mayo, han tenido que extender
su licencia sin goce de sueldo como profesoras de Tiempo Completo, y cumplir
con las bases de la convocatoria de la elección de rectora.
El lunes pasado, Isidro
Rogel defendió a la directora de la Facultad de Humanidades de quien pedían su
renuncia. Argumentó que, su dimisión no sería posible, a menos de comprobar que
hubiera incurrido en actos de responsabilidad administrativa. En esta lógica, ¿qué
faltas cometieron las aspirantes hoy vigentes, más allá de defender su derecho
a participar, alzar la voz cuando fueron aludidas en un audio bochornoso, o bien,
unirse para reclamar un proceso equitativo frente al despilfarro de la candidata
de la continuidad?
El Maximato barrerista
se resiste a entregar el poder universitario, muy a pesar de las inconformidades
que ha construido a lo largo de las últimas semanas; y por lo mismo ha dejado
huellas indelebles de que importa más su ambición personal y el protectorado de
su círculo de incondicionales, antes que resolver de buena forma las peticiones
estudiantiles y la conclusión electoral pausada.
La protesta estudiantil
y las aspirantes a la rectoría tienen un denominador común, evitar que el barrerismo
se extienda cuatro años más, a partir de decisiones autoritarias, oscuras y
absolutamente inadmisibles. Ya que han encontrado puntos coincidentes, podrían tejer
un hilo conductor a favor de sus legítimas demandas y la genuina defensa de sus
derechos universitarios.
La tenebra
Quieren abonar confianza
en la comunidad: que transparenten y oficialicen la declinación de Eréndira
Fierro como aspirante a la rectoría ante el Consejo Universitario.