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El Manual de Maquiavelo 30-05-2025

Francisco Ledesma / El Maximato barrerista

La crisis institucional que hoy atraviesa la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) tiene su origen en el proceso electivo de la rectoría. Su tránsito por condiciones de desigualdad, arbitrariedad, inconsistencia e irregularidad fueron la causa y no el problema, cuyo cúmulo de actuaciones y omisiones hoy ha conllevado a un paro de labores, una protesta estudiantil, un interinato falto de legitimidad y una incertidumbre respecto del curso democrático que deberá cimbrar el futuro universitario de los próximos cuatro años.

 

A dos semanas de haber asumido su encargo, Isidro Rogel es víctima de un Maximato barrerista que le ha heredado un gabinete sujeto a componendas políticas, mismas que pretendían imponer a la sucesora en la institución universitaria, y que hoy no tienen voluntad ni para resolver un paro estudiantil extendido, ni para concluir con un proceso electivo puesto en pausa.

 

El miércoles pasado, cuatro de cinco aspirantes a la rectoría universitaria, remitieron al encargado del despacho Isidro Rogel, un posicionamiento conjunto respecto de la defensa de sus derechos universitarios, en un proceso que ha sido de origen pospuesto y que requiere soluciones inmediatas -a la par del pliego petitorio de los estudiantes-, las cuales exigen viabilidad política, apego a la legalidad, transparencia en las decisiones y respeto por las instituciones.

 

Del documento presentado ante Rogel por cuatro aspirantes a la rectoría se desprende un comunicado que ayer permitió conocer una postura -igual de legítima que la estudiantil- para hacer sentir su voz ante el Consejo Universitario, que se espera en las próximas horas pueda tomar decisiones respecto del proceso electivo puesto en pausa; y que por la crisis que hoy se enfrenta, no permite ya más prácticas dilatorias ni discursos abultados de ambigüedad.

 

Isidro Rogel tiene en su escritorio escenarios de solución que pretende guardar bajo el cajón para reventar el proceso de elección o el paro estudiantil: o quizás ambos, y pretende así, vestirse de héroe. Sin embargo, en ninguna alternativa posible, podrá ceder frente a todas las peticiones estudiantiles, porque la primera de ellas sería renunciar a su función de encargado del despacho.

 

También se reconoce que, la eventual cancelación del proceso electivo, no se podrá traducir en desconocer a los integrantes del Consejo Universitario y elegir a 110 consejeros que convoquen a la elección, y más lejana es la posibilidad del voto universal que requeriría de una reforma legislativa, que debe transitar por el consenso de la comunidad universitaria: docentes y administrativos incluidos.

 

Hay aspectos que las aspirantes han debido cumplir y prolongar, a pesar de la incertidumbre del proceso electivo. Todas ellas, a partir del 15 de mayo, han tenido que extender su licencia sin goce de sueldo como profesoras de Tiempo Completo, y cumplir con las bases de la convocatoria de la elección de rectora.

 

El lunes pasado, Isidro Rogel defendió a la directora de la Facultad de Humanidades de quien pedían su renuncia. Argumentó que, su dimisión no sería posible, a menos de comprobar que hubiera incurrido en actos de responsabilidad administrativa. En esta lógica, ¿qué faltas cometieron las aspirantes hoy vigentes, más allá de defender su derecho a participar, alzar la voz cuando fueron aludidas en un audio bochornoso, o bien, unirse para reclamar un proceso equitativo frente al despilfarro de la candidata de la continuidad?

 

El Maximato barrerista se resiste a entregar el poder universitario, muy a pesar de las inconformidades que ha construido a lo largo de las últimas semanas; y por lo mismo ha dejado huellas indelebles de que importa más su ambición personal y el protectorado de su círculo de incondicionales, antes que resolver de buena forma las peticiones estudiantiles y la conclusión electoral pausada.

 

La protesta estudiantil y las aspirantes a la rectoría tienen un denominador común, evitar que el barrerismo se extienda cuatro años más, a partir de decisiones autoritarias, oscuras y absolutamente inadmisibles. Ya que han encontrado puntos coincidentes, podrían tejer un hilo conductor a favor de sus legítimas demandas y la genuina defensa de sus derechos universitarios.

 

La tenebra

Quieren abonar confianza en la comunidad: que transparenten y oficialicen la declinación de Eréndira Fierro como aspirante a la rectoría ante el Consejo Universitario.