La simulación de informar
Por: Francisco Ledesma
A partir del lunes, los 125 alcaldes rendirán el segundo de tres informes de gobierno, y en muchos de ellos será el último que otorguen frente a la posibilidad de integrarse al gabinete del próximo gobernador Eruviel Ávila –que aún cuando no es declarado electo, es cuestión de tiempo que asuma esa condición-; muchos otros buscarán algún cargo de elección popular, ya sea en la Cámara de Diputados Federal o Local. Y en caso extremo, apostar su capital político a competir por un escaño en el Senado de la República.
Lo cierto es que los informes de gobierno en puerta, tendrán como efecto dos operaciones políticas en cada uno de esos municipios. Por un lado, el alcalde que rinde su informe, buscará mostrar su peso electoral para posicionar su imagen de cara a los comicios de 2012. Por otra parte, el presidente municipal también querrá dar señales sobre los aspectos de su respectiva sucesión, y quién sería un buen perfil para darle continuidad a su proyecto de gobierno.
En una remembranza del presidencialismo que perpetúo el priísmo durante 70 años, el día del informe se convierte en toda una pleitesía para el alcalde en turno. Quienes aspiran a sucederle, han comenzado desde ahora su trabajo político en el municipio. Mientras que el futuro político de los ediles salientes está marcado por los resultados políticos – electorales ofrecidos, sobre todo reflejados en los comicios del pasado 3 de julio con Eruviel Ávila Villegas.
El acto de informar ha quedado rebasado. El informe de gobierno se convierte en el banderazo de una precampaña disfrazada. De nueva cuenta, la maquinaria partidista de todos los niveles empezará el trabajo de promoción del voto, de activismo electoral, de clientelismo político. El contacto con sus gobernados es asistencial, prolifera el acarreo, la entrega de despensas, el condicionamiento de los programas sociales, y claro… el respaldo de los grupos políticos: Montiel, Del Mazo, Chuayffet, Peña y ahora Eruviel. Todos tienen sus delfines, sus ligamentos amplios, sus intereses articulados.
Habrá casos en que, los alcaldes sean acompañados por el gobernador Enrique Peña Nieto –a 45 días de dejar el poder-, pero cuya presencia será ocasión propicia para que quienes rinden su informe busquen señales políticas que les permitan insertarse en el proyecto 2012. Y es que, los resultados electorales del 3 de julio, las encuestas anticipadas presidenciales y la soberbia política que los inunda, ya dan como un hecho consumado que Peña Nieto será candidato del PRI, y Presidente de México a partir del año entrante.
Sobran los alcaldes que aseguran serán parte del equipo de campaña de Peña Nieto para los comicios de 2012. Y el informe de gobierno que disponen realizar en días próximos, parece ser el momento idóneo para subirse al barco electoral de Los Pinos, que pese a todas las circunstancias políticas que hoy lo ponen en la luna de las encuestas presidenciales, puede derrumbarse frente a la conjugación de intereses y circunstancias que le fueren adversos en su aspiración política y ambición electoral que persigue hace más de 5 años.
Así, los gobiernos municipales que fueron electos para 3 años y cuatro meses, debido a la ampliación del periodo previsto en la reforma electoral de 2007, en realidad muchos de ellos cerrarán la cortina el próximo mes de agosto. En el más poblado del estado y del país, Ecatepec fue dejado en el abandono desde marzo pasado ante la dimisión de Eruviel Ávila en su búsqueda por la gubernatura mexiquense.
En esa misma lógica electoral, hay otros más con la intención de arrojar la toalla, algunos en septiembre si son requeridos por el propio Eruviel Ávila para integrarse al gabinete. Otros más lo harán en Enero, en la víspera de las campañas electorales de 2012. El círculo del poder llega a su fin antes de tiempo, y es que en esencia el próximo alcalde asumirá el poder en 2013.
En esa diversa circunstancia anote usted a Alfredo del Mazo Maza y Azucena Olivares, alcaldes de Huixquilucan y Naucalpan. Ambos mencionados en la lógica de integrarse al gobierno de Eruviel Ávila, o bien buscar alguna senaduría para los comicios federales del año entrante. Cualquier otro enroque para ellos, será cosa menor frente a la posibilidad que tuvo Del Mazo de ser candidato a gobernador, y en el caso de Azucena por convertirse en artífice de Eruviel Ávila como abanderado del PRI a la gubernatura.
En una segunda línea, se destaca a las alcaldesas de Toluca y Metepec, María Elena Barrera –eterna secretaria particular de Peña Nieto-, y Ana Lilia Herrera Anzaldo –identificada con el montielismo puro-. Ahí también se enlista a Alejandra del Moral de Izcalli y Arturo Ugalde de Tlalnepantla. Los nombres parecen interminables, aunque con menor jerarquía en adelante.
Por esa política del “chapulín” –el deseo de brincar de un cargo público a otro sin haber concluido el primero-, es que se enfrenta una dura discusión para incentivar la reelección –como un mecanismo de premios y castigos entre electores y gobernantes-. Lo cierto es que el tufo de autoritarismo, y de tendencias a dictatoriales –aunque sea en el ámbito municipal- están vigentes.
Que se dé pues el banderazo electoral de 2012. Las precampañas electorales disfrazadas de informes faraónicos han comenzado. Ahí vienen las porras, las cargadas y los llamados a la unidad. Una nueva elección toca a la puerta.
La tenebra
El nuevo dirigente partidista, es un viejo líder sindical. Nombre de dinosaurio pero insisten quienes lo impusieron –perdón designaron- que forma parte de una nueva generación. ¿Será? ¿Es tan buen bailarín como el líder supremo?
