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El Manual de Maquiavelo 22-04-2022

Francisco Ledesma / La elección de 2023, ya comenzó

Concluida la veda electoral por la consulta ciudadana de revocación de mandato, los procesos de comunicación política se han activado en todos los ámbitos de la vida pública del Estado de México y con ello, está en marcha la contienda por apropiarse de la agende mediática entre PRI y Morena, incluida la promoción de sus principales aspirantes a suceder al gobernador, Alfredo Del Mazo, lo que incidirá irreversiblemente en las elecciones del año entrante.

El resto de los partidos políticos serán agentes testimoniales de la elección más trascendente previo a los comicios presidenciales de 2024.

El priísmo mexiquense, muy a pesar de las derrotas electorales y la pérdida sostenida de votantes que lo han acompañado en los años recientes, mantiene el control político del Poder Ejecutivo -y la ascendencia de su gabinete estatal-; además de un puñado de alcaldes, diputados federales y locales, que pretenden mantener el control de la agenda pública del estado; lo que incluye destapes anticipados, conferencias de medios y difusión de sus actividades.

Todos los días, las élites políticas priístas mantienen una prolífica actividad en sus redes sociales y en actos oficiales, que les permitan ocupar diversos espacios en los medios tradicionales y en las plataformas digitales. Su margen de maniobra aún es gigantesco, cuando se trata de inundar el debate público.

Ahí se puede enumerar al gabinete (Nemer, Del Moral, Martha Hilda, Góngora); a los diputados locales (Elías, Paola, Evelyn, Isabel) y alcaldes (Raymundo, Tony, Muñiz, Vilchis), que buscan reivindicar positivamente a su partido; y a cuya labora se ha sumado la dirigencia priísta (Sevilla) en una promoción constante.

Morena, por su parte, asume en el Estado de México un discurso opositor que le reditúa positivamente para construir un alto posicionamiento mediático. A su discurso político se suma la amplia presencia en diversos espacios públicos.

En una estrategia paralela, los morenistas no dejan un día para el descanso mediático. En una encomienda 24/7, buscan dominar el debate público para denostar al régimen priísta; reivindicar la acción de gobiernos municipales; y sobre todo, defender el proyecto morenista de la federación, como bandera política e ideológica hacia la elección por la gubernatura del año entrante.

Tiene la mayor ascendencia en el Senado de la República (Higinio y Martha); la agenda legislativa del Congreso local desde hace cuatro años (Maurilio, Labastida, Azucena); un puñado de funcionarios federales que se vuelven el referente presidencial (Delfina y Horacio); además de alcaldes protagonistas en los municipios más poblados de la entidad (Vilchis y Cerqueda).

Está claro que, para las campañas electorales de 2023 prevalecerán dos posturas políticas, ideológicas, estructurales y discursivas; las mismas que desde hoy, buscan una continuidad al régimen priísta que está por cumplir ochenta años en el poder, tras el ascenso de Isidro Fabela; o bien, quienes buscan un cambio disruptivo -aunque eventualmente sea cargado de gatopardismo burocrático-, que impulsa la extensión morenista al territorio mexiquense.

Anticipadamente, la contienda ya comenzó, aderezada de una precampaña de facto para priístas y morenistas, que esperan la decisión del gran elector que permita definir quiénes serán los candidatos formales de la próxima elección.

La tenebra

La ambigüedad del resto de los actores (panistas, verdes y perredistas) y su poca incidencia mediática por querer protagonizar y erigirse como partidos de un solo hombre, anticipa su poca incidencia hacia el futuro electoral.