Francisco Ledesma / Los cambios quedaron cortos
Los cambios quedaron muy
cortos. Y los que llegan, generan más dudas que certezas. Las expectativas hasta
ahora se quedan incumplidas. Y el descontento se amplia por varios sectores
políticos y sociales. A dos años de haber asumido la gubernatura mexiquense, Delfina
Gómez apenas ha ajustado lo mínimo indispensable: cinco secretarías que ha pretendido
recomponer, ya sea por su falta de resultados, o bien, para compensar sus
compromisos políticos.
Al llegar a su primer
tercio de gobierno, el delfinismo adolece de un gabinete apuntalado por perfiles
muy grises, de pocas luces, de una curva de aprendizaje cuesta arriba, de una
ruptura entre los grupos políticos internos y una carencia de ascendencia
política o calidad moral con los sectores que deben atender.
Los primeros en irse, de
manera repentina y sin coyunturas definidas, fue resultado de una guerra
intestina impulsada por liderazgos que mantienen un frente de batalla abierto
por ampliar su influencia en el aparato de gobierno.
Así, se escribió el
destino de Andrés Andrade, Paulina Moreno y Pedro Moctezuma: ajenos a la clase gobernante
del Estado de México, salieron por la ausencia de un arropo político, aun
cuando en el escenario, tenían más recorrido en sus áreas de responsabilidad
que muchos de sus compañeros de gabinete.
En la víspera, se formalizó
la salida de Trinidad Franco de la Oficialía Mayor, una posición que causó
extrañeza desde su nombramiento, atribuida a su formación como dirigente del
magisterio estatal, con cuyo brazo corporativo la gobernadora tiene afecto
personal. En el imaginario colectivo, el pasado priísta de Trini nunca
dejó de ser factor de desconcierto para los sectores más duros y radicales del
morenismo, en el control financiero del gobierno estatal.
Mientras que, la salida
de Mónica Chávez, era una de las fichas que aguardaba en todas las quinielas
políticas por su bajo desempeño. Lo que sorprende es que se haya premiado sus
escasos resultados para ser nombrada Oficial Mayor. Y de ese modo, otorgarle un
control sobre qué y cómo gasta el gobierno estatal.
El ajuste sólo abre la
puerta para Esther Rodríguez, una pieza puramente delfinista, basada más en una
cuota personal, ante la nula vinculación con agrupaciones feministas o grupos
de atención a la violencia de género.
Los cambios quedan cortos
porque no abarcan Secretarías inertes, que para un gobierno de izquierda
exigirían otro tipo de atención, de perfiles políticos y mayores resultados en
la ejecución de políticas públicas, y que, a dos años de mandato, únicamente administran
la inercia de una burocracia inmóvil, conforme a la lógica de los últimos
sexenios del régimen priísta.
Ahí, resuenan los casos
de Norberto Morales en Trabajo, Macarena Montoya en Salud, Nelly Carrasco en Cultura
y Turismo y Carlos Maza en Desarrollo Urbano, como los más visibles por su ausencia
de resultados. Han podido más las componendas políticas que las malas
calificaciones para que la maestra pueda removerlos, a pesar de que los sindicatos,
los médicos, las enfermeras y la comunidad cultural, los tengan reprobados en
el desempeño.
Los cambios quedan cortos
porque hay grupos políticos que siguen esperando su turno en la repartición de
posiciones en el gabinete, muchos de ellos fundadores morenistas; otros tantos,
priístas y panistas que expresaron su apoyo -algunos de ellos renunciaron a su
militancia en plena campaña del 2023-, pero que no han visto su suerte en la
nómina del gobierno transformador.
Y los cambios quedan cortos
porque, hay algunas Secretarías que requieren conocimiento técnico y
profesional, para atender lo urgente. Otras tantas que manifiestan la necesidad
de que su titular tenga calidad moral sobre las clientelas políticas a su cargo
(sindicatos, deportistas, asociaciones sociales, etcétera). Y los cambios
quedan muy cortos, porque quienes llegan no tienen la hoja de ruta personal
para la transformación institucional prometida.
Delfina Gómez apuesta a
lo seguro: fortalecer su grupo político, mantener intactos los compromisos
políticos -aunque los nombramientos impuestos tengan poco que presumir-, y así
llegará a la mitad del sexenio sin mayores ajustes que den un halo de esperanza
para ajustar áreas muy endebles.
La tenebra
El lunes 20 de octubre
será el registro de aspirantes a la dirección de la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales de la UAEMex. ¿Todas las posibles candidatas cumplen con
los requisitos de elegibilidad? ¿Habrá excepciones para cumplir la ley
universitaria? ¿Y qué tal su aceptación con la comunidad universitaria?