Francisco Ledesma / El Enjambre, ya ganó
El Enjambre Estudiantil
Unificado puede asumir hoy dos logros sustanciales que nadie podrá rebatirles,
y que la comunidad universitaria deberá reconocerles en su legado histórico,
por encima de aquellas voces que tratan de criminalizar su protesta o desdeñar
desde las posiciones de poder sus causas legítimas.
Por un lado, el haber
impedido -a partir de la toma pacífica de instalaciones universitarias- lo que
era una anunciada imposición desde la estructura de poder uaemita, y que se
encaminaba hacia una turbia elección que habría derivado, muy probablemente a
la sucesión de Eréndira Fierro Moreno, en medio de un proceso electivo
desigual, antidemocrático, opaco, inconsistente y bajo presiones
institucionales que pretendían construir un Maximato en la toma de decisiones
universitarias para los próximos cuatro años.
Por otra parte, haber
modificado estructuralmente la manera en que se elegirá a la primera rectora
universitaria; quitándole discrecionalidad y la decisión unánime a un Consejo
Universitario poseedor de una elección secreta y autocrática -detentada en el
rector en turno-, para otorgarle una ponderación inédita a la votación de
estudiantes, docentes y personal administrativo; además de integrar a ésta, a
los Centros Universitarios y Unidades Académicas, que hasta la fecha se
mantienen excluidos de participación en el órgano colegiado.
Ambos logros, hubieran
sido inimaginables sin el paro estudiantil iniciado desde el pasado 29 de
abril, por lo que hoy más que nunca, la comunidad universitaria debería
reconocerles su consecución en beneficio de una institución más democrática,
con la capacidad de haberle cerrado el paso a la imposición que ya se alistaba
en la rectoría uaemita; y que posibilitó la suspensión del proceso electivo, la
renuncia de Carlos Barrera y la dimisión de Eréndira Fierro.
El tener una votación
más democrática, también desmonta la narrativa de que la toma de decisiones
podría venir desde agentes o entidades políticas externas, porque hoy más que
nunca la decisión provendrá de la comunidad universitaria y de su autonomía, y
ya no se reducirá al ungimiento del gobernador -hoy gobernadora- en turno, como
ocurría en el pasado del régimen priísta.
Una vez que se esté en
posibilidades de retomar el proceso electivo uaemita, se hará necesario retomar
la elección con cinco aspirantes en competencia, reencauzar sus campañas que
permita su posicionamiento e identificación entre la comunidad, y entender que
no hay espacio para posiciones unilaterales, a las que el movimiento
estudiantil cerró el paso en la víspera de la imposición. Tampoco debe abrirse
la puerta a la continuidad de una administración, cuyas decisiones colapsaron
la cotidianidad institucional de la UAEMex.
El Enjambre Estudiantil
no podrá reducirse a un puñado de estudiantes que reventaron una elección
viciada, sino que deberán ser parte del proceso de transición democrática de la
UAEMex, a partir de que se atiendan sus demandas plasmadas en el Pliego
Petitorio General, que deberá conocerse a la brevedad.
En el futuro inmediato,
no hay espacio para liderazgos que hablen desde una posición de poder y desde una
condición privilegiada de una burocracia dorada, como actualmente lo hacen en
gran medida los integrantes de la Comisión para el Diálogo, quienes formaron parte
del gabinete barrerista y apuestan por prácticas dilatorias que alarguen la sucesión
de forma inexplicable e inaceptable.
Por encima de la
elección de la rectoría, en manos de estudiantes, docentes y personal administrativo,
no se trata de enarbolar discursos que abonen a la polarización, sino de la posibilidad
de construir consensos con los diferentes grupos y las diversas voces que
forman parte de la pluralidad ideológica y hasta política, y que constituyen la
comunidad universitaria.
Más importante será reconocer
las problemáticas institucionales, y tener la capacidad de hacer un equipo sólido
con la apertura de escuchar al movimiento estudiantil que ha revolucionado una
estructura de poder que parecía intacta.
La tenebra
La estructura de poder
barrerista ha ocultado los resultados de la consulta para la reforma
estatutaria. Se resiste a la derogación del artículo 43. Ha preferido eliminar
las ligas de la reforma, antes que transparentar las opiniones de la comunidad
universitaria. El acuerdo verbal de la última mesa de diálogo se ha incumplido.
¿Usted le cree a la votación electrónica de la UAEmex? Yo tampoco.