Francisco Ledesma / El delmacismo que busca trascender
La construcción propia de un grupo político, representa para el gobernador en turno la posibilidad de trascender en el tiempo y en el espacio dentro de las posiciones del poder público más allá de su mandato. A cuatro años de iniciado el actual sexenio de Alfredo Del Mazo, el priísta ha logrado consolidar un grupo de funcionarios altamente identificados a su causa con una carrera en ascenso.
Siguiendo los pasos de sus antecesores, Del Mazo se ha ocupado de empoderar a los colaboradores más cercanos, para dotarles de una trayectoria política que les permita sostener amplia ascendencia sobre la clase gobernante mexiquense.
El círculo cercano de un político favorece también la posibilidad de heredar el poder, y de seguir influyendo desde distintas posiciones y por interpósitas personas, aun cuando se abandona el cargo más trascendente de su trayectoria.
Entre los gobernadores con mayor ascendencia de las últimas cinco décadas sobresale Carlos Hank González y Arturo Montiel Rojas, quienes lograron impulsar un grupo que permaneciera vigente sexenios posteriores a su gestión.
El profesor de Santiago Tianguistenco impulsó a un círculo cercano de largo alcance como Ignacio Pichardo, Humberto Lira Mora, Juan Monroy, José Merino Mañón, Héctor Luna de la Vega, Yolanda Sentíes, entre muchos más.
De su parte, Arturo Montiel logró construir a los Golden boys, de cuyo círculo surgieron Enrique Peña Nieto, Luis Miranda Nava, Eruviel Ávila, Carlos Iriarte, Miguel Sámano, Eduardo Segovia, Ana Lilia Herrera, Benjamín Fournier, Carlos Rello, junto a otros políticos que ascendieron la esfera estatal y federal.
Del Mazo distingue la importancia de asumir el control de su mandato, mediante los colaboradores que son su hechura política, más allá de las coyunturas del poder que exigen compartir espacios del gobierno con otros grupos políticos.
Las componendas del poder público exigen de compartir las responsabilidades políticas con otros grupos de interés. En el escenario actual, el exgobernador con mayores piezas en el gabinete estatal es César Camacho; mientras que en San Lázaro -con quien el delmacismo tiene profundas distancias- sobresalen personajes que alcanzaron la cúspide del poder en el mandato montielista.
Pasada la elección intermedia, el gobernador en turno puede dar por concluidos los compromisos políticos con los distintos grupos de poder -formales y fácticos-, y a partir de ahí, fortalecer a su grupo de colaboradores, quienes buscarán trascender en sus hojas de ruta más allá del 15 de septiembre de 2023.
El caso más notorio es para Elías Rescala Jiménez. El poderoso exsubsecretario general de gobierno que se convirtió en el interlocutor delmacista por antonomasia en los primeros tres años de gobierno, hoy convertido en el coordinador de la bancada priísta en la legislatura local.
El grupo es todavía más prolífico, y con una variada carga de perfiles profesionales que le permita tener incidencia en otras esferas del poder. Ahí está por ejemplo Alejandro Fernández Campillo, Juan Millán. Miguel Ángel Torres, Rodrigo Jarque, Isabel Sánchez Holguín, Víctor Curioca y Francisco Sarmiento.
En ese puñado de personajes, el gobernador en turno ha depositado el margen de control de su administración, quienes han construido el proyecto político delmacista, a través de distintas responsabilidades dentro de su gabinete.
Del Mazo puede sentirse satisfecho cuando se trata de revisar la construcción de su grupo político, en tanto que ha logrado el impulso personal de un puñado de altos funcionarios, y por lo mismo, tendrá condiciones de incidir en el futuro aun cuando no pueda decidir plenamente al sucesor de su despacho.
La tenebra
La trascendencia de un grupo se mide por la ascendencia política que puedan ejercer más allá del gobernador que les da origen, y no sólo por su enriquecimiento patrimonial. En el actual sexenio, ¿cuántas piezas prevalecen vigentes del grupo de Ecatepec?