El correcto debate de la soberanía energética

Ricardo Moreno**

El Parlamento Abierto sobre la Reforma Eléctrica presentada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador está por concluir. A cada uno de los foros se han presentado tanto opositores a la misma, como aquellos que la promueven y la impulsan. Ha sido una discusión técnica en la que se han expuesto los excesos del modelo actual derivado de la reforma que entregó a la iniciativa privada autorizaciones para la producción del auto abasto, que derivaron en un abuso por parte de los grandes consumidores que se “asociaron” con ridículas aportaciones de capital para producir energía y garantizarse el suministro eléctrico sin que se pagara por el uso de la infraestructura de transmisión eléctrica; es decir, sin pagar un solo centavo por el uso de postes, torres, cables, subestaciones, transformadores y mantenimiento, indispensables para el suministro de ese energético.

Para ocultar esta abusiva conducta se trata de fijar en el público que la Reforma Eléctrica promueve energías sucias y caras. Eso constituye una enorme mentira. La Comisión Federal de Electricidad cuenta con una basta infraestructura hidroeléctrica que ha sido abandonada en los últimos años, en virtud de que la actual legislación promueve el despacho primigenio de la energía producida por los permisionarios de auto abasto. Así por ejemplo se ha disminuido la producción eléctrica más limpia y barata que técnicamente existe, como son los de los sistemas Miguel Alemán y de la cuenca del Grijalva, que han disminuido la producción eléctrica en los últimos años hasta el 70% de su capacidad instalada.

Es falso suponer que la iniciativa promueve las energías sucias pues CFE como empresa del estado, es la poseedora de la mayor capacidad instalada en campos solares, eólicos e hidroeléctricas en el país. La iniciativa de reforma establece, además, la posibilidad de que la iniciativa privada pueda producir hasta un 45 por ciento de la energía necesaria y el restante será producido por CFE para garantizar la rectoría del estado en el sector y establecer límites de los precios al consumidor final. Al existir la participación de la iniciativa privada queda evidenciado que la fantasía de la intención monopólica no es más que un estridente argumento para encubrir los intereses de las transnacionales, que se han empeñado en hacerse del mercado energético mexicano.

La soberanía energética está a debate hoy en día; no se trata concepto arcaico como se pretende presentar. Hoy es un concepto de actualidad que se discute y se actualiza en virtud del fenómeno de los incrementos desmesurados de los precios de la electricidad en Europa. Hoy en España, Francia, Alemania y otros países de la comunidad europea se valora la dependencia energética. Lo mismo ocurrió hace poco más de una década en Estados Unidos con las crisis eléctricas de California y Texas, que quedaron a merced de las poderosas empresas eléctricas a las que se les entregó indiscriminada la generación, transmisión y venta de ese energético.

La dependencia europea del gas ruso para la generación de electricidad y la incapacidad para lograr un equilibrio en los precios que se han disparado hasta en 300 por ciento en los últimos meses, ha obligado a replantear las estrategias de producción y comercialización. En Francia y Alemania se discute la posibilidad de establecer grandes subsidios a la electricidad o, bien, incrementar la producción nuclear de la electricidad incumpliendo, inclusive, tratados internacionales y europeos sobre el uso de energía nuclear.

Por eso insistir en ese modelo, que es precisamente el que tenemos con la actual legislación, significa condenar a los mexicanos a los intereses de grandes conglomerados internacionales que su propósito no solamente es el negocio de la electricidad, sino mantener arrodillados a los gobiernos al controlar la energía necesaria para funcionamiento de los países.

La votación el Congreso de la Unión se acerca y con ella el momento de las definiciones políticas. Tan difícil les resulta a muchos definirse, que hasta el embajador de Estados Unidos en nuestro país, Ken Salazar, ha dado tumbos en sus declaraciones al respecto. Un día dice que la iniciática es justa; otro día establece sus preocupaciones ambientales y en otras que se buscará un acuerdo con su principal socio comercial.

Lo cierto que estamos en presencia de una etapa histórica que se entrevera con la Consulta sobre Revocación de Mandato y en buena medida el futuro de ambos procesos está engarzado. Lo que hay que destacar de este proceso, es que todo se ha hecho de cara a la nación, en forma informada y en un debate público. Eso de suyo marca una gran diferencia.

 

* Ha sido diputado federal y local. Se ha desempeñado como representante de MORENA ante el instituto electoral del Estado de México. Fue secretario del Ayuntamiento de Toluca de 2019 a 2020.

Twitter: @rimoba