Por Israel Dávila Escenario adverso
El proceso electoral para renovar ayuntamientos y diputados en el estado de México, no pinta nada bien para los partidos opositores al PAN, PRD, PT y Convergencia enfrentarán estos comicios en condiciones más adversas que en el 2009, cuando fueron literalmente aplastados por el PRI y sus aliados del Partido Verde y Nueva Alianza.
En aquella ocasión, PAN y PRD perdieron municipios que por más de una década fueron bastiones para cada uno de esos institutos políticos. El PRI acabó con la hegemonía que Acción Nacional había construido en el poniente del Valle de México y en las principales demarcaciones del Valle de Toluca, mientras que terminó con el cinturón amarillo, del PRD en los municipios del oriente del estado y los más poblados de la entidad. Las condiciones para las elecciones locales venideras serán mucho más complicadas. En principio porque el PRI ahora es gobierno no sólo en la inmensa mayoría de los municipios (95 de los 125 que existen en el estado) y desde ahí podrán operar para garantizar el triunfo de candidatos tricolores. Aunado a ello, la oposición tendrá que hacer frente al efecto Peña Nieto, quien seguramente será candidato presidencial del Revolucionario Institucional. Pero lo más importante es que ni PAN, ni PRD ni muchos menos PT y Convergencia han logrado impulsar una reforma al Código Electoral mexiquense, que les garantizará mejores condiciones de equidad e igualdad en la contienda.
El plazo plazo para hacer reformas al Código Electoral del estado de México venceel 4 de octubre. De acuerdo con el artículo 105 Constitucional, las modificaciones a la ley electoral deberán ser aprobadas noventa días antes de que inicie formalmente el proceso electoral, para que puedan tener vigencia en esos comicios.
Ahora nos encontramos a menos de 100 días de que el Instituto Electoral del estado de México, declare el inicio formal del proceso de ayuntamientos y diputados, es casi imposible que cualquier reforma aprobada en el Congreso en próximos días pueda tener vigencia para el año entrante.
Lo más delicado es que la oposición en el estado de México nunca hizo un planteamiento firme para impulsar estas modificaciones. El desanimo por la derrota estrepitosa en contienda de gobernador y las disputas internas por el control del PAN y en el PRD, siempre estuvieron por encima de una verdadera intención por hacer cambios a la ley electoral del estado.
Para la elección de ayuntamientos y diputados, no habrá posibilidades de candidaturas comunes, fórmula que habían venido utilizando tanto el PRI como sus opositores para garantizar sus triunfos en ayuntamientos donde la preferencia electoral es cerrada entre dos fuerzas políticas.
Las campañas electorales serán muy breves, apenas 35 días, y el tope de gastos de campaña un poco mayor que en 2009, cuando las campañas duraron 60 días, lo que implica que se gastará más en menos tiempo. No hay duda de que ganará quien gaste más y mejor y para ello, el PRI se pinta solo.
Finalmente, el proceso electoral local del 2012 lo conducirán los mismos personajes que vigilaron los comicios de este año, y a quienes acusaron, desde el inicio de la contienda, de su parcialidad a favor del PRI.
Bajo este escenario, aun no alcanzo a comprender cuál es la apuesta del PAN y del PRD. Cómo podrán recuperar los espacios perdidos en 2009, si ahora están en peores condiciones que hace dos años. ¿Cuál es su estrategia? O será que saben que Peña Nieto no será el candidato y ese simple hecho cambie radicalmente el escenario.