El dilema de la izquierda
Por: Israel Dávila
Si la izquierda pretende avanzar en las próximas elecciones de gobernador, ser competitivos y buscar la victoria, debe de reconciliarse, encontrar los acuerdos necesarios para armonizarse y avanzar, todos en una sola ruta. Si no lo hacen, corren el riesgo de desplomarse, quedar en la marginalidad política, y ser solo un testigo presencial de los comicios.
Mañana jueves, el perredismo mexiquense toma una decisión fundamental en su futuro inmediato. Decidirán si se alían con el PAN, como lo han buscado las dirigencias nacional y estatal de este partido desde hace poco más de 8 meses, o bien apuestan por unificar a la izquierda, para formar un frente PRD-PT-Convergencia.
La idea de concretar la alianza con el PAN para quitarle al PRI su principal bastión político y financiero, luce atractiva, pero como lo ha reiterado Alejandro Encinas, traería un alto costo para la izquierda, que sin duda se dividiría y quedaría sin posibilidades no solo en estos comicios, sino en las elecciones presidenciales del año entrante.
Si apuestan a lo segundo, formar una alianza con PT y Convergencia, el escenario parecería más complicado para enfrentar esta elección de gobernador, pero podría ser punto de partida para el futuro de la izquierda. Podrían dar muestras de que en la izquierda también hay civilidad y madurez para poder llegar a un acuerdo.
En el PRD, principalmente, todas las corrientes podrían ceder un poco para alcanzar un pacto en que todos salgan beneficiados, en el que todas las expresiones, por más pequeñas que sean estén incluidas.
Para alcanzar este acuerdo, deben quedar atrás los denuestos y el rencor. Se trata de olvidar agravios. De que el mismo espacio lo puedan compartir Andrés Manuel López Obrador, y “Los Chuchos”. De que el GAP, pueda estar al lado de un miembro de ADN, sin que haya una agresión de por medio. De que IDN sea capaz de definir una estrategia conjunta con “Los Chuchos” para enfrentar esta elección.
Los actores del perredismo deben tener la sensibilidad y madurez de llegar a este pacto previo al consejo, que evite la confrontación en la sesión de mañana. Esto sería una buena señal, para iniciar una campaña electoral.
Sólo así el candidato que se elija el próximo domingo, podría concitar a toda la izquierda. Sería capaz de reunir en un mismo acto a López Obrador, Marcelo Ebrard y Cuauhtémoc Cárdenas. A Jesús Zambrano, Dolores Padierna, José Narro, Dante Delgado, además de Manuel Camacho y Porfirio Muñoz Ledo. También a Luis Sánchez, Higinio Martínez, Javier Salinas, y Héctor Bautista.
Pero si no logran llegar al consejo con un acuerdo previo que evite el choque de trenes en la sesión, las heridas se profundizarán, y habrá vacíos, brazos caídos en la campaña electoral como ocurrió hace seis años y perderán todos.
En el PT, paso lo mismo. Si Oscar González no es capaz de superar su diferencias con Francisco Barragán, tampoco podrá prosperar el candidato de la izquierda o bien si en Convergencia los grupos siguen disputando el control del partido en el estado, para acceder a los recursos.
Los actores de la izquierda saben que si a pesar de la unión, no ganan esta elección, al menos sentarán las bases para evitar que de nueva cuenta, en el 2012, en los comicios locales de diputados y ayuntamientos sean aplastados como en el 2009. Pero si van divididos y confrontados, se darán un tiro en la cabeza. Podrán firmar desde ahora, que retrocederán unos 20 años, y serán por muchos, muchos, años testigos presenciales de las elecciones.