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Ecléctica

Lecciones para campaña

 

Por: Israel Dávila

 

El periodo de precampaña que concluyó el pasado 6 de abril dejó varias lecciones para los aspirantes a gobernar la entidad mexiquense.  Varias situaciones se presentaron en los actos proselitistas de los precandidatos, que, por el bien de ellos, ya no se pueden repetir en campaña, o al menos, tratar de evitarlas.

 

En el PRI, por ejemplo, tendrán que entender que nadie puede brillar más que el candidato al gobierno de la entidad.  En tal circunstancia, en los actos proselitistas de Eruviel Ávila no se deben aparecer ni el gobernador Enrique Peña Nieto, ni Ricardo Aguilar Castillo, ex líder del priismo mexiquense y actual secretario de organización del Comité Ejecutivo Nacional del tricolor, porque ambos concitan más simpatía y por ende son más ovacionados que el propio candidato.

 

El actual presidente del partido en la entidad y coordinador de campaña Luis Videgaray Caso, tiene que comprender cuál es su papel. La figura que debe sobresalir es la de Eruviel Ávila y en ese entendido, Videgaray deberá bajar el perfil y evitar dar entrevistas a los medios de comunicación, porque en la mayoría de los casos resultan más atractivas para la prensa, que las que ofrece el propio abanderado tricolor al gobierno de la entidad, por el simple hecho de que tiene mejor desenvolvimiento con los medios, que el acartonado presidente municipal con licencia de Ecatepec.

 

El candidato priista también tendrá que ser más efusivo y menos solmene en los actos proselitistas, si es que pretende resultar atractivo para quien se da cita para escucharlo.

 

En el caso del panista, Luis Felipe Bravo Mena, queda claro que si quiere ser competitivo en la elección, de entrada, deberá hacer una campaña proselitista intensa, porque es quien más abajo va en las preferencias electorales.

 

Debe comprender que no llevará gente a sus eventos proselitistas si insiste en recurrir a los presidenciables de su partido, como Javier Lozano Alarcón, Alonso Lujambio, Santiago Creel, Ernesto Cordero o Josefina Vázquez Mota. El desgaste del gobierno federal, hace poco atractivos para la gente en general, a los secretarios de estados, diputados o senadores panistas.

 

Bravo Mena también tendrá que despojarse de esa apariencia distinguida o exquisita  y mostrarse más cercano a la gente y a sus problemas. Si quiere algo atractivo para el electorado, que retome a la práctica que utilizó José Luis Durán hace 9 años, cuando fue candidato a gobernador, que contrataba a bandas de música grupera para captar público, y con ello aprovechar para pronunciar un discurso ligero entendible y a la mano de las masas.

 

Si hablamos del perredista, Alejandro Encinas, quien es virtual candidato de la coalición “Unidos Podemos Más”, debe tomar distancia de Andrés Manuel López Obrador, sin que ello implique ruptura. Encinas está obligado a demostrar que puede caminar solo y que es capaz de tener ideas propias y no impuestas por el tabasqueño.

 

La figura central de la campaña, debe ser el candidato, y no sus acompañantes, por eso tiene que medir cuando lo acompañarán el propio Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard o Cuauhtémoc Cárdenas, que resultan figuras eclipsantes.

 

Si los candidatos y sus partidos, recapitulan lo vivido en la precampaña, sabrán que pueden y que ya no podrán explotar en la campaña para tener mejores resultados.

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