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Ecléctica

¿Por qué Eruviel?

  Israel Dávila   Hace dos semanas, cuando el PRI iba a lanzar su convocatoria al proceso interno anticipamos que el verdadero abanderado del tricolor para la contienda electoral de julio próximo sería Enrique Peña Nieto. Que no importaba quien fuera al abanderado tricolor que apareciera en las boletas el próximo 3 de julio, porque Peña Nieto se iba a convertir en el eje central de la campaña rumbo a la gubernatura del estado. Hoy queda más clara la estrategia. Peña Nieto  apostó por lanzar a un candidato que no le hiciera sombra, ni eclipsara su imagen. La estrategia del gobernador mexiquense indica que él debe seguir siendo la estrella de esta historia  que culmina  en 2012. Con la postulación de Eruviel Ávila Villegas,  el mandatario obtuvo eso y mucho más. Peña Nieto rompió paradigmas con la postulación de un priista que no es originario ni de Toluca ni de Atlacomulco, sino del valle de México, donde  se encuentra la inmensa mayoría del electorado mexiquense y de paso cerró la posibilidad de una fractura en el priismo mexiquense que replicara los fenómenos de Sinaloa, Puebla, Oaxaca y Guerrero, donde la oposición aliada ganó postulando a un ex priista resentido. Peña Nieto se definió por aquel aspirante que tuviera mayor identidad con la gente, que tuviera arraigo entre el electorado y capacidad probada para ganar elecciones. Eruviel ganó cuatro, como lo presume a diario, en el municipio más poblado de toda la entidad y donde existe alta volatilidad electoral –toda vez que en los últimos diez años ha sido gobernado por las tres principales fuerzas políticas–. Pero bajo la lógica de que él debía seguir siendo el principal atractivo del PRI para el electorado, Peña Nieto  postuló al aspirante más parco de todos los priistas que buscaban la nominación;  al que nadie pudiera comparar con  su imagen, ni mucho menos competir con ella. Sí, Eruviel no es un político expresivo, es más bien adusto, rígido. No es carismático, sino extremadamente serio  y formal.  Es muy amable, afable, sencillo, educado, pero incapaz de  transmitir emociones, ni despertar pasiones. Es más bien un candidato  parsimonioso e incluso anticlimatico. Bajo estas condiciones, difícilmente Eruviel podrá sobreponerse a la figura de Peña Nieto. Más bien se anclará en el mandatario para obtener votos. Eruviel es un candidato débil por sí mismo. Peña Nieto así lo quiso y así lo hizo. Ahora falta ver si eso es lo que quiere la gente de un candidato, o de alguien que finge ser candidato.    

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