Redacción
A menos de 24 horas de iniciar campañas electorales en el Estado de México, una alerta se ha encendido en la dirigencia estatal del PRI, que vincula a más candidatos del tricolor a cargos de elección popular con asuntos del crimen organizado, cuyas indagatorias estarían siendo encauzadas por la Procuraduría General de la República para emprender acciones penales en contra de abanderados priístas en el transcurso de sus actividades proselitistas.
Apenas la semana pasada, información oficial filtró a distintos medios de comunicación una investigación emprendida por la PGR y la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos en contra de Roberto Compeán León, candidato del PRI a la alcaldía de Teotihuacán, acusado de lavado de dinero para el cártel de los Beltrán Leyva y el capo Edgar Valdez Villareal, alias la Barbie. La dirigencia priísta decidió sustituirlo de última hora para evitar escándalos mediáticos.
El siguiente en la lista de candidatos investigados por la PGR es David Sánchez Isidoro, actual diputado local y ex alcalde de Coacalco, quien busca de nueva cuenta la Presidencia Municipal de esa localidad.
Fuentes de la PGR han informado que derivado de la detención de mandos militares, el actual candidato del PRI a la alcaldía de Coacalco es investigado por presuntos vínculos con la delincuencia organizada, principalmente con integrantes de «La Familia», así como con una serie de asesinatos, entre ellos policías y narcomenudistas.
Sánchez Isidoro también estaría relacionado con la muerte del general retirado Mario Arturo Acosta Chaparro. El mediodía de este martes, trascendió la posible captura y presentación del candidato priísta ante autoridades judiciales, versión que fue desmentida en el transcurso de las últimas horas.
La indagatoria realizada por la PGR determina presuntos vínculos entre David Sánchez Isidoro con los generales Escorcia Vargas, Silvio Isidro de Jesús Hernández, Tomás Ángeles Dauahare y Roberto Dawe González, detenidos y arraigados en la PGR desde la semana pasada.
El nombre de David Sánchez Isidoro comenzó a relacionarse con asuntos del narcotráfico desde su primera gestión como alcalde de Coacalco. Durante su mandato, ocurrieron las ejecuciones de tres personas en calles de la colonia «Los Acuales» de Coacalco, así como en el doble crimen contra presuntos narcomenudistas apostados en la vía José López Portillo.
El 7 de agosto del 2008, un comando armado arrojó, bajo un puente del Circuito Exterior Mexiquense en Ecatepec, el cadáver de Manuel Roberto Bermúdez Rojas, comandante de la policía municipal de Coacalco. La investigación ministerial reveló que los asesinos dejaron un narcomensaje firmado por «El Indio» y «La Muñeca».
El 28 de noviembre de 2008, Ernesto Martínez de la Vega fue masacrado a bordo de su patrulla SP-20 al recibir ráfagas de AR-15 junto con su pareja Rubén López; cuyas diligencias ministeriales concluyeron que el occiso era jefe de escoltas de Bernardino Sánchez Gómez «El Payo», papá de David Sánchez Isidoro.
El 12 de diciembre de 2008, el titular de la Secretaría Técnica del ayuntamiento y agente de la Policía Federal Preventiva con licencia, Eduardo Manzur Ocaña, fue ejecutado después de dejar al ex alcalde David Sánchez Isidoro en su casa.
Según la indagatoria de PGR, luego del crimen de Eduardo Manzur, el ex alcalde recibió a las puertas de su domicilio un mensaje verbal, atribuido a una célula de «La Familia Michoacana», donde los criminales le mandaron decir que era el siguiente en línea por apoyar gente de Osiel Cárdenas Guillén.
El 20 de diciembre del 2009, un comando armado levantó a Mauro López Beltrán, quien fue torturado durante nueve días.
Hasta ahora las indagatorias reveladas a través de medios de comunicación, no han sido confirmadas por parte de la PGR, aunque tampoco han sido desmentidas por las autoridades judiciales.