Redacción
Ejidatarios, comuneros y comerciantes de San Jerónimo Acazulco, municipio de Ocoyoacac se pronunciaron en contra de la construcción del segundo piso de la autopista México-Toluca que proyecta edificar la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en unas semanas más.
Advierten que al desarrollarse este proyecto, la viabilidad de la actividad turística y recreativa del Parque Nacional de La Marquesa estaría en riesgo y con ello, la economía de más de 3 mil familias que dependen de la tarea comercial que realizan en la zona.
Con esta nueva autopista, aseguraron, miles de automovilistas ya no tendrán posibilidad de parar en La Marquesa, y por ende la cantidad de visitantes a esta zona se reduciría de forma sensible, lo que a su vez redundaría en una merma en los ingresos de los comerciantes y prestadores de servicios de la región.
Y es que el segundo piso de la autopista México-Toluca, pretende reducir el tiempo de traslado de Santa Fe hasta Toluca en menos de 20 minutos. La idea de las autoridades es confinar el recorrido desde la caseta de Cuajimalpa hasta Paseo Tollocan, para evitar contratiempos. Es decir no habría accesos adicionales a la nueva autopista ni salidas a lugares emblemáticos, como La Marquesa o Lerma.
Albino Díaz, comunero de Acazulco recordó que las últimas adecuaciones que se hicieron a la carretera México Toluca para agilizar el tránsito representaron un impacto negativo para la Marquesa, porque no sólo dividieron el Parque Nacional sino perjudicaron a todos los comerciantes y prestadores de servicio de la zona oriente de La Marquesa, que a final de cuentas tuvieron que cerrar negocios.
Los puentes para unir la carretera federal con la autopista edificados en 2005 y 2007, causaron el cierre de más de 80 cabañas de comida y perjudicaron a más de 300 familias que dependían de las actividades que realizaban en los valles de zona poniente de La Marquesa. Toda esa zona quedó sin visitantes, ya nadie se paró ahí, y ahora prácticamente toda esa zona está muerta económicamente.
Con las obras del segundo piso, sólo sería posible acceder a la Marquesa usando la vía libre y eso reduciría las posibilidades de visitantes.
“Nosotros estimamos que si cada semana tenemos 20 mil personas disfrutando de la Marquesa, con el segundo piso, apenas podrían llegar 5 mil personas, por lo que los ingresos de las tres mil familias que aún dependen de las actividades que se realizan en La Marquesa se reducirían considerablemente”.
La propuesta de los comuneros no es cancelar el proyecto, pero sí una adecuación para que no les afecte en un futuro. Originalmente el segundo piso, está proyectado se inicie en el kilómetro 35 de la carretera, pero el planteamiento es que se arranque en el 37 justo delante de La Marquesa.