Toluca, Edomex; 3 de febrero de 2022.- Alejandra del Moral anunciaría este jueves, oficialmente, su renuncia al cargo como dirigente del PRI en el Estado de México. Su salida estaría determinada por su inminente incorporación al gabinete delmacista como titular de la Secretaría de la Mujer. En consecuencia, Isabel Sánchez Holguín asumirá el cargo de diputada local, como suplente de Alejandra, en un tradicional enroque político de costumbres priístas.
Ahora bien, la mayor suspicacia se encuentra en torno a la presidencia del PRI mexiquense, en cuya posición las apuestas favorecen a Miguel Ángel Torres Cabello, el único delmacista con carrera en el partido, y con determinada ascendencia en integrantes del gabinete, alcaldes y diputados locales. Colocar a Torres en el priísmo local es, además, garantía de que no buscará cargo de elección por los próximos dos años, y no utilizaría al partido para beneficio propio, o de alguno de los aspirantes.
Quien asuma la presidencia del PRI estatal debe tener dos características fundamentales: ser leal a la causa del primer priísta del estado, pero también, contar con la anuencia de los exgobernadores inmersos en la ruta sucesoria.
En caso de confirmarse la especie, los ajustes al gabinete podrían alcanzar más de dos secretarías como parte de empoderar al grupo político del gobernador en turno, y encaminar sus piezas hacia la estrategia electoral de la contienda 2023.
La integración de Alejandra del Moral en el gabinete fortalece sus aspiraciones políticas. Ahora, fungirá como presidenta del gabinete regional con sede en Metepec, como un contrapeso al activismo político desbordado de Ana Lilia Herrera; Del Moral abanderará la causas del empoderamiento femenino, y tendría el pretexto idóneo hasta para acompañar a Del Mazo en todos los actos relacionados con las mujeres, como por ejemplo, la entrega del Salario rosa.
No hay que perder de vista el trabajo legislativo que se encomendará a favor de Isabel Sánchez Holguín, parte del círculo más cercano al mandatario mexiquense. Desde ahora, Del Mazo ya piensa en el legado de su grupo político, y en la trayectoria política que les ha prodigado a lo largo de su sexenio.
Con los ajustes del gabinete que podrían concretarse esta misma semana, Del Mazo da oficialmente el banderazo de salida de la sucesión por la gubernatura, en cuya ecuación lo más relevante consiste en mantener el control de los aspirantes y del proceso interno por parte del gobernador y su grupo político, sin que haya amenazas como las de Eruviel Ávila en 2011, las cuales descompusieron al régimen de Atlacomulco hace más de una década.
Los exgobernadores juegan, inciden y tienen opinión, pero no tendrán la decisión final.
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