Toluca, Edomex. 30 de mayo de 2018.- Andrés Manuel López Obrador sigue enfocando enormes esfuerzos en la defensa del voto dentro del Estado de México. La derrota electoral de Delfina Gómez el año pasado caló hondo en el ánimo de Morena, y buscan evitar condiciones adversas en el tercer intento por llegar a Los Pinos en las últimas dos décadas. Desde hace tres años, José Ramón López Beltrán se ha dedicado a construir las estructuras electorales mexiquenses. Pero esta semana se sumó a esa misma tarea, otro integrante de la dinastía obradorista. Se trata de Gonzalo López Beltrán, quien ayudará a supervisar que Morena tenga representantes en todas y cada una de las más de 19 mil casillas que se instalarán en territorio mexiquense.
A propósito del espíritu autoritario de López Obrador, ayer en un mitin desarrollado en Amecameca, una gran rechifla y repudio recibió el candidato a la alcaldía Iván Millán. La militancia de Morena acusa que en anteriores elecciones, Millán traicionó al propio López Obrador, pero en medio de la oleada electoral, ha decidido apoyar nuevamente al tabasqueño. Millán es candidato del PES a la alcaldía de Amecameca, y pese al rechazo que causa su candidatura entre los electores, López Obrador insistió en pedirles voto parejo. Andrés Manuel no escucha razones y en su horizonte sólo busca ganar el «carro completo».
Lo cierto que esa parte del «voto parejo» convocada por López Obrador no conviene en su totalidad al Partido del Trabajo o Partido Encuentro Social. En su fórmula electoral, hay al menos 14 municipios en donde simplemente no hubo acuerdo electoral, y compiten por separado. Por lo tanto, el llamado lopezobradorista para votar las 5 boletas por Morena, pone en desventaja a sus aliados electorales. Y aunque Morena cuida sigilosamente las estructuras de defensa del voto en las casillas, no tiene la capacidad de movilización que tiene enfrente con el priísmo.
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Vaya rebelión la que están armando algunos alcaldes priístas, ya con las campañas electorales en marcha. Primero, los presidentes municipales tricolores se quejaron de la operación desarrollada por el Partido Verde y Nueva Alianza para reclutar priístas inconformes y postularlos como alcaldes. Luego, ha venido una doble traición. Al interior del PRI se ha documentado, como al menos una decena de alcaldes que no buscarán la reelección ni serán candidatos a diputados, han optado por apoyar a los candidatos del Partido Verde. Y algunos han resultado con gran arrastre como el expanista Pedro Rodríguez en Atizapán de Zaragoza.
Hasta el momento, en las áreas de mando del partido han sido omisos en guardar las formas políticas e institucionales. Mientras que de la campaña presidencial de José Antonio Meade muy poco se aporta. Más allá de los eventos rutinarios, el desastre de hastío del priísmo parece arrastrar a las últimas posiciones al PRI en algunos municipios prioritarios. Simplemente los candidatos a alcaldes no han sacado consigo la imagen o parte de la oferta electoral de Meade.
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