Aún no se sabe que es lo que más molesta al PRI del spot que presenta a Marcelo Ebrard como el futuro secretario de gobernación en caso de que gane Andrés Manuel López Obrador. El coraje puede deberse en parte a una promoción personal del todavía jefe de gobierno capitalino. El enojo también puede pasar por la buena imagen que representa Ebrard, de político conciliador, frente al estigma de rijoso que busca construirse en torno a Andrés Manuel, y cuya circunstancia ya no es tan rentable para su causa.
O quizá lo más desagradable para el equipo de Enrique Peña Nieto sea el equipo de “impresentable” que tiene a su alrededor, de los cuales algunos nombres se manejan para integrar su gabinete. Mientras esa duda se desvanece, el mexiquense sigue deslindándose un día sí, y el otro también. Cuando no es Moreira, es Yarrington, y el caso más reciente fue Fidel Herrera quien fue fotografiado con un operador financiero de los Zetas. El priísta tiene amigos con los que ya no necesita enemigos.
Lo que no cabe duda es que Marcelo toca al margen la legalidad, con su promoción personalizada siendo autoridad en turno. Marcelo y Mancera podrían ser factor para que López Obrador dé una campanada en el Estado de México, donde las cifras también podrían favorecer a Alejandro Encinas. Es en esta región donde el Movimiento Progresista tiene asentada su fuerza. Si las cuentas le salen a López Obrador, sobre todo las electorales, María Elena Barrera podría irse despidiendo del Senado de la República.
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Las autoridades ambientales del gobierno federal, miden con vara distinta sus sanciones a quienes contaminan. Mientras han prohibido en definitiva la navegación en la Presa de Valle de Bravo para evitar la contaminación del agua que suministra al Sistema Cutzamala, resultan muy complacientes con empresarios y hoteleros que hacen las descargas de sus aguas residuales en el cuerpo de agua vallesano. No cabe duda que en sus criterios sancionatorios aplican la ley pero en los bueyes de mi compadre.
No sólo eso, se ha detectado también que en el municipio de Rayón, una empresa está dedicada al confinamiento de sustancias químicas. Lo anterior resulta altamente nocivo para el entorno, pero las dependencias federal y estatal pasan por alto ese tipo de circunstancias. Da mucho que pensar, cuando se ve tapizado el Estado de México, con muchos espectaculares que piden votar “verde” pero sólo parece un tema electorero, por encima de que sea una prioridad. La polución está a la vista de todos, y es ignorada.
Del Partido Verde Ecologista, podemos esperar muy poco. La militancia simplemente no existe. Su fracción legislativa en la Cámara de Diputados local está en campaña. Hasta el momento no ha existido pronunciamiento alguno por lo ocurrido en Valle de Bravo. El agua está contaminada. Los lancheros suspendidos. La economía detenida. Y los políticos, en lo suyo. Habrá que esperar si desde San Lázaro, ahora sí le entran al tema.
