El Manual de Maquiavelo 03-11-2025

Francisco Ledesma / La cuña salinista – peñista en San Lázaro

Con orígenes familiares en Tenango del Valle, Francisco Rojas recurrió al Estado de México en dos ocasiones para ser diputado federal. La primera de ellas, en el 2003, cuando Arturo Montiel defendió la plaza -aliado con Francisco Labastida- para afrontar el “agandalle” que pretendía ejercer Roberto Madrazo en los listados plurinominales. El montielismo se fajó y metió a San Lázaro, entre otros, a Emilio Chuayffet, Alfredo Del Mazo González y Paco Rojas Gutiérrez.

 

A la vuelta de los años, ahora el peñismo confrontaría al beltronismo desde San Lázaro. Rojas fue inscrito como diputado plurinominal, junto a otros hombres clave del entonces gobernador mexiquense: Luis Videgaray y Humberto Benítez.

 

Francisco Rojas fue la cuña salinista – peñista en San Lázaro, en la víspera de la elección presidencial de 2012. Llegó a la bancada priísta junto a José Ramón Martel -arropado en Edomex-, desde donde encumbraron un contrapeso político al liderazgo senatorial de Manlio Fabio Beltrones. Desde ese momento, el gobierno calderonista asumió, comprendió y ejerció todo tipo de negociación en la Cámara de Diputados Federal. Y el peñismo se abrió paso a nivel nacional.

 

De manera discreta, Rojas tejió fino a favor de la bancada mexiquense. Aseguró por tres años, la comisión legislativa de Presupuesto y Cuenta Pública. Los legisladores mexiquenses asumieron el control del órgano legislativo donde se negociaron los presupuestos de egresos del 2010, 2011 y 2012, éste último año, marcado por la elección presidencial. Los recursos fluyeron al Edomex.

 

Para lanzar otro guiño al Estado de México, en el último periodo de sesiones previo a la postulación presidencial, hizo lo necesario para que el exgobernador Emilio Chuayffet se convirtiera en el presidente de la Mesa Directiva; ahí, donde vinieron los ataques más virulentos de la bancada panista previo a la nominación priísta de Enrique Peña Nieto hacia Los Pinos. El fallido regreso del PRI.

 

El oficio político de esa Legislatura derivó en que, seis legisladores asumieron cargos como secretarios de Estado: Luis Videgaray, Hacienda y Relaciones Exteriores; Alfonso Navarrete, Trabajo y Gobernación; Claudia Ruiz Massieu, Turismo y Relaciones Exteriores; Emilio Chuayffet en Educación, Ildefonso Guajardo en Economía, y Jorge Carlos Ramírez en Sedatu. De remate, desde la fracción del PVEM, Juan José Guerra y Rafael Pacchiano en Medio Ambiente.

 

Anécdotas no faltaron porque Rojas Gutiérrez era homónimo del diputado de Cuautitlán Izcalli, Francisco Rojas San Román -asesinado en 2018-, quien era confundido con el coordinador parlamentario en las reuniones plenarias, y equivocadamente le asignaban la suite de lujo en el hotel sede, al segundo.

 

En esa Legislatura también se dio el flechazo entre Rubén Moreira y Carolina Viggiano, hoy parte de la dirección nacional priísta, al borde del colapso. Rubén dejó muy pronto su curul para buscar la gubernatura de Coahuila.

 

Como premio a su trabajo legislativo, en diciembre de 2012, Francisco Rojas fue designado director de la Comisión Federal de Electricidad, pero renunció a su encargo en febrero de 2014, luego de haberse concretado la reforma energética impulsada por el peñismo, sobre la cual nunca hizo un pronunciamiento a favor.

 

Francisco Rojas se retiró de la vida pública, inconforme con la reforma energética que impactaría en la estructura y la operación de la CFE. Sin embargo, su buen trato con la clase política mexiquense marcó la LXI Legislatura Federal, la cual tuvo a su favor la recuperación electoral del priísmo en el país.

 

La inclusión de Rojas en San Lázaro, tanto en 2003 como en 2009, fue uno de tantos anzuelos lanzados por Montiel y Peña, para ganarse el afecto de Salinas. Y así, se escribió el regreso del PRI a Palacio Nacional.

 

La tenebra

 

Su hermano Carlos Rojas, otro distinguido priísta del salinato y aspirante natural a la gubernatura mexiquense en 1999, falleció el año pasado.