El Manual de Maquiavelo 13-06-2025

Francisco Ledesma / El colapso autogenerado

Isidro Rogel tenía muy claro y preciso, desde el inicio de su mandato, cuáles serían las fases y las acciones para cumplir medianamente con el pliego petitorio del paro estudiantil, que permitiera concluir con el proceso electivo de rectora de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex).  Lastimosamente, en cada una de sus escasas visitas a espacios académicos, generó falsas expectativas de que analizaría las demandas, cuando en el fondo, la toma de decisiones ya había sido construida desde las más altas esferas del poder, y eso ha resultado en una pérdida de la confianza absoluta hacia su interinato.

 

El encargado del despacho de la rectoría nunca se sentó a dialogar, porque sabía que no podría dar el voto universal -porque no estaba en su capacidad resolverlo-, ni tampoco podría reponer el proceso electivo -porque no existen las condiciones legales o institucionales para hacerlo-, y prefirió navegar desde la ambigüedad de su disposición al diálogo y a la negociación, en medio de un rectorado acotado en el tiempo, en el presupuesto y en su control político para administrar la inercia de una institución colapsada por las protestas.

 

Isidro Rogel es el menos responsable de la crisis uaemita, porque finalmente, como desde que fue impuesto en sesión virtual en la rectoría, su encargo está sujeto a un Maximato de su antecesor, para ganar tiempo en la transición universitaria: experto en acciones dilatorias, hizo lo necesario para ratificar al gabinete barrerista, extendió el paro estudiantil para recomponer el desastre financiero -incluida una simulada caída del sistema (o bien, de los servidores)-, y enderezar un proceso sucesorio que pronto podría concluir con una votación vinculante de parte de los sectores de la comunidad universitaria.

 

En la medida que la rectoría uaemita ha tomado decisiones para concluir con la elección de rectora hoy suspendida, los problemas estructurales se han ido resolviendo: en un santiamén se encendieron los servidores y funcionó nuevamente la página web universitaria; Eréndira Fierro reapareció en video -y no para dar recetas de arroz con leche-, además de presentar su renuncia formalmente; y de a poco, se ha ido destrabando el paro estudiantil mediante clases y evaluaciones virtuales, en espacios afines al barrerismo.

 

Los hechos que han venido sucediendo en los últimos días, abonan a la sospecha de que el barrerismo provocó gran parte del colapso institucional de la UAEMex, cuando se vio sorprendido y derrotado en la etapa final de la elección universitaria, sabedor de que su candidata no ganaría; y eso pondría en riesgo una transición administrativa para la que no estaba preparado.

 

La consulta para reformar el Estatuto Universitario es una simulación, porque la decisión ya está tomada: las preguntas de la encuesta, al ser completamente cerradas, dejan sin margen de error ni posibilidad de integración, las opiniones de la comunidad universitaria. El cálculo barrerista se cumplirá con el transcurrir de los días. Más allá de adecuar el estatuto a las demandas del pliego petitorio, va ganando tiempo en el acomodo de sus finanzas, mientras paralelamente avanza en la elección de la rectora por los próximos cuatro años.

 

Rogel Fajardo tenía desde el principio una hoja de ruta que ha ido cumpliendo en tiempo, forma y espacio. Aquí no ha habido sorpresas, solamente sorprendidos. El barrerismo perdió de facto la elección de rectora, pero lleva treinta días ganando tiempo, para sanear financiera e institucionalmente a la UAEMex: un desastre que ellos mismos provocaron. Y una vez que generaron otro conflicto, se han presentado como parte de la solución, y no del problema.


La tenebra

Quienes más ganan en la reforma estatutaria será los trabajadores administrativos en representatividad. Los líderes sindicales son quienes más pierden, no sólo se les cayó su candidata; han borrado su voto, ese que ejercían corporativamente, como en los viejos tiempos del régimen priísta.