Francisco Ledesma / ¿Dónde está el rector?
Este viernes sumarán
cuatro días de la toma de rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de
México (UAEMex) y nadie sabe dónde despacha ni cuál es la agenda de prioridades
de Carlos Eduardo Barrera Díaz, cuando le restan cinco días para concluir su
mandato, frente a un conflicto estudiantil en ascenso que ya acumula, hasta hoy
viernes, diez Facultades en paro de labores.
La última aparición
pública -con normalidad y frente a medios de comunicación- ocurrió el 3 de
marzo, cuando presentó su cuarto y último informe de labores. En adelante, hubo
una sistemática omisión y ambigüedad, frente a los polvorines que fueron
explotando a lo largo del proceso, y que hoy más que nunca, se hacen evidentes
en medio de una crisis institucional que aún no ha tocado fondo.
En los últimos días, la
comunidad estudiantil, -mediante asambleas abiertas, votaciones públicas y pliegos
petitorios-, ha reclamado la renuncia inmediata del rector en turno, además de la
anulación del proceso electoral en curso, entre otras demandas legítimas para
su formación escolar.
En paralelo, cinco
aspirantes a la rectoría han emplazado al rector para que exista una mesa de
diálogo abierto con los estudiantes, y reestablecer la normalidad y las
condiciones de equidad para la elección de rectora que, en teoría y en agenda,
está a seis días de su determinación final.
Y la respuesta de Carlos
Barrera ha sido el silencio. Presencialmente, ha preferido convocar a reuniones
en la Casa de Tlalpan o en la Unidad Académica Profesional de Ixtapan de la
Sal, lejos del bullicio electoral que le aturde.
En el escenario de lo
imposible, la rectoría -junto a la aspirante señalada como la oficial y autollamada
la de la continuidad-, han decidido transitar por las rutas paralelas de la victimización:
no asumen que las razones del descontento son sus acciones deliberadas. Han
construido una narrativa en la que los enemigos a vencer son políticos
infiltrados, exrectores ambiciosos, aspirantes inconformes y encapuchados no
identificados: todos confabulados en una sola voz y bajo disfraces de fantasmas
indeseables para la institución.
No se busca su presencia
como un culto a la personalidad, se busca su asistencia para conocer cuál es la
postura de la UAEMex frente a las demandas de los estudiantes, cuál es el tramo
de negociación política en el que está dispuesto a ceder, y cuáles son las
consideraciones personales e institucionales para resolver esta grave crisis
frente a lo inevitable: una realidad que lo ha rebasado.
El 75 por ciento de los
votos del Consejo Universitario se concentran en la representación de las 22
Facultades que se encuentran en Toluca. De esas, hoy amanecen en paro 10
espacios académicos, y en el transcurso de este viernes podrían sumarse otras
más. Es decir, no habrá condiciones de ningún tipo para llevar a cabo la
auscultación cuantitativa programada para el lunes 12 de mayo, porque una
suspensión de actividades implica que tampoco se podrán desarrollar votaciones
vinculadas a la vida institucional de la UAEMex.
Sin auscultación
cuantitativa, los consejeros universitarios no tendrán en su conocimiento la
opinión de los docentes, administrativos y alumnos para decidir su voto en la
sesión del 14 de mayo. La elección de la rectoría está en vilo.
La asamblea universitaria
convocada por estudiantes sigue en espera de respuestas institucionales que no
sólo hablen con ambigüedad de una disposición al diálogo. Hoy, se requiere ya
de una postura institucional seria, responsable, abierta, transparente y
confiable. No hay espacio para tibiezas de ningún tipo.
El reloj avanza y el
tiempo se agota, y da la sensación de que el rector concluirá su encargo, con
una elección incierta, inacabada y una toma de instalaciones prolífica por un
descontento manifiesto de estudiantes, pero también extendido y silenciado entre
amplios sectores de docentes y administrativos.
Se trata del peor
escenario jamás imaginado, para un rector que sentía superar a sus antecesores,
y está por lograrlo, pero en sentido negativo.
La tenebra
Hay biografías en redes
sociales que terminan muy mal: “Orgullosamente universitario. Construyamos a
partir del diálogo, con integridad e inclusión universitarias” (https://x.com/CarlosE_BDiaz)