Antorcha Campesina ha comenzado una nueva guerra sucia. Primero fue Jaime Barrera Velázquez, ex secretario del Transporte, cuya cabeza rodó hace un par de semanas derivado de la presión antorchista a que renunciara a un cargo que les incomodaba. Ahora, la organización asentada al oriente del estado, han desatado una nueva consigna en contra del diputado local Armando Corona Rivero y del mismísimo secretario general de gobierno, Ernesto Nemer Álvarez porque sencillamente les incomoda la a sus liderazgos.
El fin de semana, autoridades estatales reportaron “pintas” de bardas en municipios del oriente, contra Armando Corona, y algunas otras –las menos- en agravio de Ernesto Nemer. Al legislador local, lo menos que le dijeron fue “traidor” de las causas sociales que dice defender Antorcha. En el caso del secretario general, también consideran que se ha apartado del gobernador Eruviel Ávila, y le enviaron reproches en sus consignas.
Armando Corona es diputado local por la zona de mayor influencia de Antorcha Campesina: Ixtapaluca. Contadas fueron las veces en que el hoy legislador hizo campaña con Marisela Serrano –alcaldesa electa-, y puso de manifiesto su distanciamiento. Los “antorchos” han tomado tanto poder, que ahora son un poder fáctico que ha entendido que mediante la presión política pueden obtener lo que sea. La clave de los meses por venir es que ni Eruviel Ávila, ni Ernesto Nemer se doblen frente al chantaje político.
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Un verdadero ecocidio ocurre en la carretera federal México – Toluca. La presión mediática emprendida por Televisa hace algunas semanas sobre los recurrentes accidentes que acontecen en la vialidad desde hace años, puso manos a la obra a las autoridades. En el afán de disminuir riesgos, los responsables de la carretera han ideado crear nuevos retornos y cerrar algunos otros. Y en la construcción de los mismos, decidieron talar decenas de árboles que oxigenaban los Valles de México y de Toluca.
Sin embargo, las condiciones del asfaltado siguen siendo precarias. Los límites de velocidad simplemente no se respetan. Los transportes de carga exceden las restricciones del peso permitido. Y en gran medida eso no se soluciona con la intempestiva decisión de tirar árboles con años y años de vida, sin medir el impacto ambiental. Volvemos a la tónica de tener gobiernos reactivos, más allá de la planeación y la prevención.
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Rafael López Castañares, presidente de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) ha comenzado a presionar fuerte para que la agenda del presidente electo Enrique Peña Nieto se ocupe de la educación universitaria, sobre todo de las instituciones públicas. Castañares fue rector de la UAEM en los primeros meses en que Peña era gobernador del estado. El entendimiento es absoluto, y el hoy titular de la ANUIES podría incorporarse al gabinete peñista en las áreas educativas, en un tema que sabe, conoce y entiende.
