Quince minutos es lo que dura el medio tiempo de un partido de futbol. Quince minutos es la mitad del tiempo que dura en llegar la pizza a tu casa. Quince minutos es el periodo de tiempo que esperas en la fila del banco para ser atendido. Quince minutos es el lapso que dura un cuarto en un partido de futbol americano. Quince minutos será la duración del encuentro entre Enrique Peña Nieto y Barack Obama, y que le ha traído un enorme costo político puesto que quien tramitó y negoció esa reunión, lo hizo muy mal para la imagen que pretende proyectar el mexiquense.
El priísmo debe tener muy claro, que a cuatro días de asumir el poder presidencial, cualquier resbalón por mínimo que sea, será visto con lupa y será objeto de críticas. Esto se acrecentará con la influencia de las redes sociales que ha tomado por sorpresa a Enrique Peña y su equipo en más de una ocasión. Fue en esa plataforma donde se magnificaron los yerros de la Feria del Libro en Guadalajara y la visita del entonces candidato presidencial a la Ibero; desde cuyas entrañas surgió el hoy muy disminuido movimiento Yo Soy 132. Nada puede dejarse a la suerte.
A pesar de que mucho se especuló, parece que el gabinete de Eruviel Ávila permanecerá inamovible. El grupo de los “tolucos” presiona y hace lo suficiente para remover estructuras, y ampliar la cabida de sus cotos de poder. Insisten en que el gobierno eruvielista está demasiado cooptado por personajes oriundos de Ecatepec, y han comenzado a reconocer, con cierta resignación que la cobija del gobierno federal no alcanzará para todos. La última esperanza es que Peña se llevará a algunos de los actuales secretarios, pero todo indica que seguirán las cosas igual.
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Los próximos 35 días serán los más largos en la vida política de Azucena Olivares y de su esposo Guillermo González. No hay día que no amanezcan con un nuevo golpeteo mediático, las presiones de trabajadores y proveedores por una deuda acumulada, y pasivos que sólo crecen y crecen con el transcurrir de los días. El actual gobierno municipal de Naucalpan se ha vuelto una pesadilla para sus habitantes. Los números rojos tienen con el agua al cuello al ayuntamiento, y el panorama financiero simplemente es desolador. La joya de la corona ya perdió su brillo.
En Coacalco, parece que David Sánchez Isidoro está más que arrepentido de haber disputado la alcaldía de un municipio que apenas sobrevive. La tesorería tiene a cuentagotas el dinero para su operación diaria. Trabajadores sindicalizados y de confianza denuncian que llevan meses sin cobrar sus quincenas. No hay salida posible en el ayuntamiento. Sánchez Isidoro culpa a Roberto Ruiz Moronati, pero a su vez, Moronati advierte que la descomposición ya la encontró cuando gobernó por primera ocasión Isidoro. Y mientras tanto el colapso financiero es inevitable.
Vaya circunstancia también la que heredará Alejandra del Moral –hoy diputada federal- en el municipio de Cuautitlán Izcalli. La circunstancia se repite en Atizapán de Zaragoza, donde el priísta David Castañeda enfrenta duros señalamientos. No es una buena señal que los alcaldes salientes se retiren en medio del escándalo financiero. Las repercusiones de imagen pública, repercutirán sin duda, en el rostro del nuevo PRI que intenta mostrar Enrique Peña y su presidencia a partir del próximo sábado.