La ratificación tersa que se da en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México no parece gratuita. Bajo la manga de la oposición, negociaran en lo sucesivo la obligatoria renovación del Consejo General del Instituto Electoral de la entidad. Mientras son peras o manzanas, se apruebe o no la creación del Instituto Nacional de Elecciones, el panismo y perredismo local ya tiene la mira puesta en los comicios de 2015.
El consejo electoral del Estado de México ha perdido credibilidad, y en últimas fechas también equilibrios. Mientras la legislatura estatal se mantuvo en tercios, la repartición –nada favorable de un órgano autónomo- se trasladó al órgano electoral. No obstante, todo apunta a que la hegemonía priísta ejerza esa misma dominancia en la integración del organismo electoral. Ahí radica la fuente de negociación de la Codhem.
Como sea, el Instituto Electoral Estatal seguirá secuestrado por las camarillas parlamentarias. Los nuevos consejeros electorales llegaran a sus cargos por el cobijo de partidos, y respondiendo a sus intereses muy particulares. De lado queda la democracia y los comicios intermedios de 2015. El IEEM, si sobrevive a la reforma electoral nacional, renovará sus integrantes pero repetirá sus vicios. Pierden los mexiquenses.
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A pesar de las tempestades que enfrentan los habitantes de Toluca y Metepec, sumidos en la inseguridad, la desolación, la falta de obra pública y otras adversidades, hay cosas rescatables. En opinión de quienes han asistido, primero al Festival Quimera en Metepec, y ahora al Festival del Alfeñique en Toluca, las autoridades municipales han respondido a las expectativas del fomento cultural que se tenía en ambos eventos.
Martha Hilda –en la capital- y Carolina Monroy –en el Pueblo Mágico- le pusieron imaginación, recursos y creatividad. Aun cuando la gobernabilidad parece escurrírseles de las manos, por la cruenta violencia que azota a ambos municipios, en el aspecto cultural de los últimos días, parecen que podrían salvar la chamba. Pero eso no quita de la lista de pendientes, cuando falta casi un mes para que rindan su primer informe de gobierno.