loader-image
Toluca, MX
3:19 pm,
temperature icon
humo
Hora Estándar Central
Manzur. Surgen dudas.

OFF THE RECORD

En un plazo de diez días, los diputados federales cumplirán un año en sus funciones. En particular los mexiquenses, han pasado en su mayoría de noche por su curul. La bancada del PRI mexiquense en la LXI Legislatura tenía un peso específico no sólo por el número, sino por su operación política. No era gratuito que Enrique Peña fuera nombrado el diputado 501. De esa camada de legisladores mexiquenses, hoy tres son secretarios de Estado: Emilio Chuayffet, Luis Videgaray y Alfonso Navarrete.

Hoy, Eruviel Ávila ha perdido la robustez política que tenía cuando asumió la gubernatura. La poderosa comisión de Presupuesto la preside José Manzur Quiroga, y la de Infraestructura, Alberto Curi Naime, y párele de contar. Otros  mexiquenses con presidencia son Laura Barrera –la del Distrito Federal-, y José Rangel –la Jurisdiccional- que en la práctica de nada sirven a los intereses de Eruviel y el estado.

El resto son “levanta dedos”. Alejados de las negociaciones clave. No son operadores del Presidente Enrique Peña, ni interlocutores del Gobernador Eruviel. Y tampoco pueden aspirar a mucho, porque su perfil político no se los permite. Eso refleja en gran medida, la falta de cuadros del priísmo local, que se ha ocupado de ganar elecciones, pero no de construir candidatos. Preocupante el escenario para Eruviel y sus intereses.

————–

La Alianza Cívica que ahora se dispone a realizar consulta ciudadana sobre la reforma energética, ya conoce el Estado de México. Fue la misma organización que en 2011, realizó una votación abierta sobre la posible alianza opositora entre PAN y PRD. Aunque la mayoría eligió en aquella vez por la coalición, ésta no fue posible por falta de acuerdos. El resultado era cantado, porque quienes votaron fueron los mismos que la alentaban.

Ahora, con la reforma energética las cosas no cambian mucho. Se puede anticipar que ganará el rechazo a privatizar Pemex, a permitir inversión extranjera en la cadena productiva y al IVA en alimentos y medicinas. El gran fracaso sería que el PRD no alcanzara los 500 mil participantes que plantea en la entidad, y que corresponde a poco más de la mitad del voto duro de la izquierda en el estado, y el 5 por ciento del padrón electoral.

En el fondo, el PRD sabe que el resultado de la consulta no es vinculatorio. La estrategia podría ser contraproducente si no existe una participación copiosa. La aprobación o el rechazo a la reforma energética sólo será algo anecdótico que buscarán instalar en el debate legislativo. La otra gran apuesta es medir el músculo del perredismo sin López Obrador de por medio, y eso puede representar absoluto éxito o rotundo fracaso.