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OFF THE RÉCORD

El que no ve la suya es Higinio Martínez Miranda y su Grupo de Acción Política. El ex candidato a gobernador renunció hace un par de años al PRD, derivado de la exclusión que padeció en su feudo de poder. Con berrinche de por medio, Higinio se mudó a Convergencia –hoy Movimiento Ciudadano-, partido a través del cual consiguió una diputación local. No conforme con su posición política ofreció sus canicas al Movimiento de Regeneración Nacional que encabeza Andrés Manuel López Obrador, pero en su apuesta salió perdedor. Resulta que Higinio no se convirtió en dirigente estatal del Morena mexiquense, ni consiguió una posición en el Consejo Nacional. Mal y de malas.

Otra de las grandes sorpresas es que no aparezca la ex senadora y ex candidata a gobernadora Yeidckol Polevnsky, convertida en uno de los principales enclaves del tabasqueño en el territorio mexiquense. La ex lideresa empresarial tampoco aparece en las principales carteras del Comité Ejecutivo Nacional que fue electo ayer martes, de cara al eventual registro del Movimiento de Regeneración Nacional como partido político a partir del año entrante.

Muchos golpes de pecho se da el lopezobradorismo, mientras da cobijo a Felipe Rodríguez, líder de la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata en el Estado de México. El dirigente de la UPREZ se caracterizó durante los sexenios de Arturo Montiel y Enrique Peña por protagonizar plantones en la Plaza de los Mártires, y tras una oscura negociación, siempre levantaba a sus huestes sociales. Ese tipo de liderazgos son los que ahora se cobijan con López Obrador y su esperanza renovadora de la política. Dudas deja muchas, y por eso los ataques mediáticos.

Hasta que Martí Batres ganó una. Primero buscó ser candidato a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal y se quedó a años luz de su objetivo. Luego pretendió disputar la nominación de la izquierda al Senado de la República, y otra vez fue marginado de las decisiones. En la desesperada, intentó convertirse en abanderado a la delegación Iztapalapa, y hasta en esa salió vapuleado. Ayer el secretario de Desarrollo Social despedido por Marcelo Ebrard, consiguió la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del Morena, que ya acaricia la posibilidad de ser partido político.

 

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Algo no cuadra en el intento de Eruviel Ávila por hacer su propia Comisión Estatal Anticorrupción. Y es que la iniciativa presentada por Enrique Peña es que la Comisión Nacional Anticorrupción combata esa práctica tanto a nivel nacional –lo que implicaría los tres poderes de la unión y los tres ámbitos de gobierno-, es decir, no se vinculará, ni requerirá de órganos auxiliares para ocuparse de la detección de prácticas de cohecho, y de atender incluso denuncias ciudadanas. En conclusión, intentar crear su propia comisión anticorrupción, con Eruviel parece un contrasentido.

Lo mismo ocurrió hace un año, cuando creó la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Ya desde entonces, cuando los priístas Manlio Fabio Beltrones y Enrique Peña Nieto, coincidían en desaparecer la secretaría de Seguridad Pública Federal por los nulos resultados en la materia. Hoy, a la vuelta del triunfo electoral, el presidente electo Enrique Peña tiene muy cerca la eliminación de la SSP y el robustecimiento de la Secretaría de Gobernación.