loader-image
Toluca, MX
8:35 pm,
temperature icon
lluvia ligera
Hora Estándar Central

OFF THE RÉCORD

De la Legislatura del Estado de México se ha escrito demasiado, pero se ha avanzado muy poco. Desde que el priísmo, junto con sus aliados del PVEM y Nueva Alianza, recuperó la mayoría absoluta parlamentaria en 2009, han acomodado ordenamientos jurídicos a su antojo. La oposición ha dado pataleos insignificantes, y en el peor de los escenarios, se ha plegado a las imposiciones –que no son propuestas- instrumentadas por el Poder Ejecutivo. Simplemente se han perdido los contrapesos, y los equilibrios del poder político.

La aprobación de reformas a la Ley del Issemym no es un asunto menor. Es una votación reprobable, con mínimo debate, donde la oposición mostró su verdadero rostro. De Ulises Ramírez se desnudó de cuerpo entero. Su innegable sangre priísta se puso –junto con los votos panistas- al servicio del gobierno eruvielista. El acomodaticio coordinador de los blanquiazules, simplemente hace con sus escasos votos, una presión política para su provecho personal y de grupo.

Del otro lado, Héctor Bautista y los perredistas identificados con el “ala” de los Chuchos caminarán los próximos tres años de la mano de Eruviel. Por ello, el gobierno priísta ni sufre, ni se acongoja. Tiene garantizados los votos o las abstenciones necesarias para legitimar sus iniciativas de ley, para avalar sus presupuestos y sus cuentas públicas. Con una legislatura tan “a modo”, Eruviel ya tiene garantizada la gobernabilidad de más de la mitad de su mandato.

Aarón Urbina –coordinador de los priístas- no es el más ortodoxo de los diputados, pero conoce bien, de que pie cojea cada coordinador de oposición. Esa es la ventaja de Urbina, que también tiene la información suficiente y necesaria para tener de su lado a Oscar González e Higinio Martínez del PT y Movimiento Ciudadano. Del Partido Verde y Nueva Alianza juegan con la casa. Ambos partidos saben que su sobrevivencia depende de seguir junto al PRI.

Para quien le quede duda, debería revisar la glosa del primer informe de gobierno de Eruviel Ávila. Por increíble que parezca, tras doce meses de mandato, sólo un secretario fue requerido por los diputados locales. Raúl Murrieta –hoy subsecretario de infraestructura- compareció por los escándalos financieros del Estado de México, pero después del “carpetazo”, el resto del gabinete fue absuelto de cualquier cuestionamiento. Nadan de muertito.

Por eso Eruviel no tiene contrapesos. La mayoría legislativa es priísta, y la oposición es inexistente. Su única preocupación oscila en que  el 80 por ciento de los diputados locales del PRI son peñistas. En síntesis, no se identifican con el proyecto eruvielista, y muchos de ellos, ni siquiera se la jugaron con Ávila en su precandidatura a gobernador de 2011. Y a nadie pasa desapercibido que cualquier licencia del mandatario debe ser avalada por su legislatura.