El primer Grito de Independencia de Enrique Peña se convirtió en un mitin más que rememoró la campaña presidencial mexiquense. Acarreados de Ecatepec, Nezahualcóyotl, Cuautitlán Izcalli, Nicolás Romero y otros municipios de la entidad, simpatizantes priístas, abarrotaron la Plaza de la Constitución para ovacionar al Presidente, aminorar la rechifla y el abucheo que los antipeñistas habían planeado para la noche del 15 de septiembre.
Desde los comités municipales priístas, sin recato, se hizo la convocatoria de los desplazados al zócalo capitalino. El uso del transporte público. Se repartieron lunches para aguantar más de 8 horas en la explanada. También se uniformaron con impermeables rojos y playeras alusivas a la Independencia. El Estado Mayor hizo su parte, dejó pasar uno a uno, a los priístas que iban dispuestos a aplaudir como si fuese un acto de campaña.
Quienes no tuvieron prudencia fueron los alcaldes de Tultitlan Sandra Méndez, y de Chicoloapan, Andrés Aguirre. Los primeros, desempolvaron los utilitarios que sobraron de la campaña con leyendas donde todavía se leía: “Yo voy con Peña”. Los segundos, llevaban consigo una bandera tricolor donde se plasmó su lugar de origen. Desde el balcón central, Enrique pudo apreciar la lealtad política de los mexiquenses.
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En el desalojo de maestros de la CNTE, se pueden detectar las huellas del operador político de Peña por antonomasia: Luis Miranda Nava. El ex candidato a alcalde de Toluca, negoció con los líderes del movimiento, para remover a la disidencia del magisterio. Desplegó las fuerzas federales, quitó las resistencias más agudas, ajenas incluso a los maestros. Y garantizó que su jefe y compadre, pudiera encabezar el Grito de Independencia.
Miranda puso condiciones para que se desarrollara el desfile militar. Lástimas que Peña estuvo prácticamente solo ayer lunes. Su gabinete estaba ya de gira por todo el país. Obligado por las contingencias climáticas, secretarios y subsecretarios fueron a las zonas afectadas para revisar la estrategia a seguir. Hoy, los maestros planteaban regresar al zócalo capitalino, pero éste ya se encuentra cercado y vigilado por el Estado Mayor. ¿En qué Plaza de los Mártires de Toluca se había visto antes?
El ex secretario de gobierno es la cuña perfecta del Estado de México en la oficina de Bucarelli. La cara visible es Osorio Chong. Pero la mano operante es de Miranda. El círculo rojo sabe de la confianza y los afectos de Peña Nieto depositados en su tocayo Luis Enrique. El problema magisterial es su prueba de fuego para sopesar las resistencias que vienen. El desgaste político es para el ex gobernador de Hidalgo. Él sólo observa, y ejecuta.