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OFF THE RECORD

El que corre, es el sexenio de los mexiquenses, no hay duda. Y no sólo de los priístas del Estado de México. En el panismo también se cuecen habas. Según el periodista Carlos Loret de Mola, el naucalpense y ex candidato a gobernador, Luis Felipe Bravo Mena está fungiendo de bisagra para evitar una fractura mayúscula entre maderistas y corderistas. La pugna política, por ahora en el Senado y que se trasladará a la sucesión por la dirigencia nacional, podrá ser aminorada por Bravo Mena y su oficio político.

Pero el respaldo de Bravo Mena, tanto a Cordero como a Madero para sanar sus heridas, parece no ser gratuito. En el espectro futuro, Luis Felipe sabe que si queda bien con el bloque que logre la dirigencia nacional, también conseguirá el espaldarazo para recuperar el control político del panismo mexiquense: su verdadero objetivo. En medio de la escisión se encuentra un muy alicaído Ulises Ramírez, el panista más enemistado de la entidad.

Hasta ahora sigue sin definirse hasta cuándo durará la comisión provisional en la entidad. No obstante, en el calendario panista, está marcado el mes de diciembre como la fecha de elección de nuevo dirigente. Ese periodo de casi seis meses parece suficiente para que Bravo Mena abra camino y limpie de obstáculos el ascenso al poder de su grupo político. Tiempo al tiempo.

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Independientemente de si hay o no reforma hacendaria, la mayor relevancia legislativa a partir de septiembre será la integración del paquete fiscal 2014. Por cuarto año de los últimos cinco, un mexiquense será el encargado de repartir los recursos públicos del país. José Manzur Quiroga preside la poderosa comisión de Presupuesto, misma que ocuparon en 2009 y 2010 Luis Videgaray Caso, y en 2011 Alfonso Navarrete Prida, hoy incorporados al gabinete peñista.

Manzur además es el coordinador de la bancada priísta mexiquense, la más numerosa en San Lázaro, y punto de quiebre en los consensos que busca armar el siempre influyente Manlio Fabio Beltrones. En pocas palabras, Pepe Manzur es el interlocutor peñista en los pasillos legislativos. Su capacidad de diálogo y operación política, puesta a prueba desde el montielismo, ahora tendrá prueba de fuego en la rebatinga presupuestal.

Se prevé que desde el mes de agosto, algunos actores políticos de sindicatos, secretarios de finanzas estatales, la CNDH y el IFE visiten la oficina de Manzur. Y en un par de meses, será inevitable la ya acostumbrada pasarela de los gobernadores, en la danza de los billetes que implica el presupuesto. Ahí el Estado de México también lleva mano.