Este 2 de octubre se conmemoran 45 años de la matanza de Tlatelolco. A la distancia, parece que el país ha cambiado muy poco. Pinceladas de una democracia quebrantable. La desobediencia civil estigmatizada como peligro desestabilizador. Una prensa que criminaliza la protesta social. Y una voz dominante: el oficialismo y el gobierno. En tiempos de reformas, es necesario abrir el debate, ampliar el diálogo y escuchar todas las voces.
El poder político sigue en defensa de sus privilegios. En la acera de enfrente, intereses particulares se apropian del movimiento estudiantil. Es un día para conmemorar, que muchos usan para lucrar. La inconformidad social de ayer, se parece demasiado a la de hoy. Nada se ha avanzado en reducir la brecha social. La desigualdad prevalece. La democracia es un sueño que no termina de afianzar. El descontento social está vigente.
————-
No hay marcha atrás. El enfrentamiento entre Antorcha Campesina y Eruviel Ávila va subiendo de nivel. El próximo 3 de noviembre, las huestes antorchistas pretenden realizar una masiva concentración en el Estadio Azteca para exigirle al mexiquense cumpla sus compromisos de campaña. Exigirán además que se frenen las agresiones y persecuciones en su contra por parte de la gestión eruvielista. Las cosas pintan complejas.
Ayer, anunciaron el comienzo de una campaña de denuncia en todo el país sobre las promesas incumplidas. Los antorchos, liderados por Jesús Tolentino y Maricela Serrano, advierten que tras una revisión exhaustiva, la mayoría de los compromisos son meras promesas de campaña. Acusaron a Erasto Martínez de suspender el suministro de recursos estatales y federales a los municipios que son gobernados por “antorchos”.
————-
Percepción es realidad. Según el Inegi, la percepción de inseguridad aumentó a 72.3% durante los primeros meses de gobierno del Presidente Enrique Peña- La misma encuesta reveló que en lo que va del año, el Estado de México es la entidad que perciben con más inseguridad con 90.7% más de lo que se registraba el año pasado. Las cosas no van tan bien para Eruviel y la pomposa Secretaría de Seguridad Ciudadana.
Ayer, muy pronto y temprano, elementos del Ejército Mexicano volvieron al patrullaje de municipios de la zona oriente, incluido Ecatepec –tierra natal de Eruviel-. La presencia policíaca o militar representa una tarea disuasiva. Lo que hace falta son acciones preventivas y de combate frontal al crimen, cosa que hasta la fecha no han entendido Ávila y los suyos. El Estado de México otra vez en los primeros lugares, pero de indicadores negativos.